75 años de fotografías de Málaga en el Rectorado

21 Jul

En las Navidades de 2006, la Universidad de Málaga y su Centro de Tecnología de la Imagen (CTI) nos regalaban una exposición, luego convertida en libro panorámico, acerca de las fotos que sobre nuestra ciudad hicieron el francés Roisin y el catalán Josep Thomas (o habría que decir sus empresas, pues tenían una buena red de fotógrafos).La mayoría estaban datadas entre 1910 y 1920.

Cuatro años y medio más tarde llega al Rectorado una iniciativa parecida, gracias al CTI, que algún día debería plantearse mostrar sus fascinantes fondos en internet, como ya está haciendo el Archivo Municipal de Málaga.

En este caso, se trata de una doble exposición con los fondos Bienvenido Arenas y una pequeña muestra hermanada de instantáneas de Thomas de Málaga y Sevilla en la sala de la muralla.

Una selección entre cientos de miles de negativos tan variada en el tiempo (75 años) como emocionante, al permitir al espectador, en unos casos poder ver con sus propios ojos referencias ya legendarias de la ciudad, como la fábrica de ladrillos Santa Inés y en otras, recuperar momentos de la infancia. Es lo que hacían dos señoras recordando el ya lejano día de febrero de 1960 cuando la grúa desmontó El sonajero de la plaza de la Constitución. Impactante es, del mismo año, el despliegue publicitario de los almacenes Álvarez, actual edificio principal del Museo Thyssen, que celebraba su tercer aniversario con una tetera gigante en su fachada que vertía menaje del hogar.

Y es que la publicidad callejera está muy presente en estas fotografías. Ahí está el anuncio de los años 30 en la Acera de la Marina de cuchilla de afeitar, portada por una especie de baturra, «ideal para barbas delicadas» o el frondoso frontal eléctrico que presidió durante tantos años la plaza de la Constitución con Phillips, Nivea, Tabú y la Cruzcampo sobre Espejos Hermanos, en una foto a tamaño Pau Gasol de 1966.

Muy conocidas pero no por ello menos impresionantes son las fotos de algunos de los principales cines de Málaga. El Echegaray, con su despliegue de acomodadores hacia 1933, era casi un lujo asiático. Y qué decir del Málaga Cinema, hoy suplantado por un horrendo edificio de oficinas, y que tenía una sala de proyección similar a las calderas de un barco de vapor (no en vano, su exterior recordaba a alguna novedosa embarcación).

La muestra dedica mucho espacio a las escenas callejeras. En una de ellas podemos ver a un joven Eugenio Chicano pintando en la plaza de la Constitución y proliferan las motos y seiscientos en otras instantáneas, entre las que destaca una familia con una vespa con sidecar atiborrada de motos.

Tampoco faltan los primeros pasos de la Universidad de Málaga, primero dependiente de Granada y a partir del 72 como Universidad propiamente dicha.

Completa la muestra en la planta baja ese tete a tete de fotografías de comienzos del siglo XX de Málaga y Sevilla, destacando las espléndidas imágenes del Puerto de Sevilla, y una fotografía de un grupo de chaveas en las playas del Bulto, rodeados por un mar de sardinales.

Lástima que la exposición no esté abierta ni siquiera un mes y que cierre sus puertas el día 30. Más razón para visitarla cuanto antes.

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