La transformación de la avenida de Miraflores

16 Mar

No es el Unter den Linden de Berlín, pero sí hay que reconocer a este Ayuntamiento que ha transformado por completo y para mejor la avenida de Nuestra Señora de los Clarines, en Miraflores de los Ángeles.

De ser una avenida insulsa con aceras de los años 70 en estado de descomposición ha pasado a convertirse en una de las más completas para, recordemos, uno de los barrios peor diseñados de Málaga, pues a la profusión de pisos hay que sumarle el que se levantaron en una zona de continuas cuestas.

A los dos aparcamientos de la avenida hay que sumarle la plantación de árboles que en unos años darán sombra, la llegada de varios parques infantiles y un gimnasio de mayores en donde ayer, una señora de unos 80 años realizaba tales meneos de cintura que ríete de Nadia Comaneci.

Pero sin duda la zona de mayor transformación es la que tiene vecindad con el tramo al aire libre del arroyo de los Ángeles. Hace unos años esta sección inspeccionó a fondo este lugar y lo catalogó de uno de los más asquerosos de Málaga, un terrizo con cacas fósiles de enorme antigüedad, mientras que el tramo sin soterrar del arroyo era el recipiente de todo tipo de objetos voluminosos, con especial predilección por las sillas de plástico.

El cambio en estos últimos años ha sido espectacular, el terrizo sin gracia es hoy un parque infantil, flanqueado por un cerrito con riego automático sembrado lleno de plantas, entre ellas varias aves del paraíso.

El final del cauce al aire libro, vecino del instituto de Miraflores de los Ángeles, se encuentra perfectamente vallado y como consecuencia, el cauce estaba al menos ayer limpio y con el arroyo en plena actividad. El único foco de suciedad que queda es ya una parcelita de campo junto al arroyo en la que da la impresión que una horda de perros gran daneses ha tenido el vientre algo suelto.

Frente al despropósito de plantearse construir miles de pisos más en la Carretera de Cádiz, con esas torres y rascacielos tan mal puestos, aquí el Ayuntamiento ha hecho justo lo contrario, que es lo más sensato: intentar aliviar con medidas inteligentes una zona demasiado saturada. El experimento le ha salido magnífico y lo lógico sería que tomara buena nota. ¿Caerá esa breva? Como la política es el arte del absurdo, felicitemos a nuestro Ayuntamiento de Málaga y no pidamos nuevas peras al olmo.

La competición

Una lectora se ha puesto en contacto con esta sección para comentar el extraño comportamiento del edificio inteligente de la Gerencia Urbanismo, en El Bulto, que a las 8 de la tarde parece que está compitiendo en alguna extraña liga por ver cuánta luces puede tener encendidas al mismo tiempo.

Este edificio, insostenible por naturaleza, nos deparará muchos días de gloria y cuantiosas facturas al erario público, que somos nosotros. Con semejante inconsciencia nos las gastamos aquí.

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