Pocas zonas de Málaga han caído tan en picado como este rincón de la Victoria que es la calle Lagunillas y sus alrededores.
Justo detrás de la Casa Natal de Picasso comienza un barrio en el que se respira dejadez, con casas en mal estado, actuaciones urbanísticas paralizadas por los siglos de los siglos y unos índices de paro que ya eran altos antes de que comenzara la crisis.
Se da la circunstancia además de que esta calle fue hace una décadas, uno de los pulmones comerciales del barrio de la Victoria, un mar de tiendas veteranas en las que los malagueños podían encontrar de todo.
Del pasado quedan ya pocos rastros, salvo un par de comercios que aguantan como leones.
Con este panorama, la asociación de vecinos de Lagunillas lleva muchos años ejerciendo las funciones de una administración más, encargada, con muchos sacrificios, de proporcionar lo básico a los habitantes de este barrio.
Con bastante esfuerzo y la solidaridad de entidades como Bancosol, la Cofradía del Rocío o el Rotary Club de Marbella, este colectivo ha ido levantando un punto de reparto de comida, que cuando llega la Navidad también se convierte en reparto de juguetes.
De hecho, desde hace cuatro años la asociación de vecinos organiza una campaña navideña, que este año lleva ya una semana y tiene como objetivo conseguir comida y juguetes para las próximas fiestas.
Además, han puesto en marcha un pequeño sorteo para conseguir fondos.
El presidente de la asociación, Curro López, informa de que las personas interesadas en donar comida y juguetes de segunda mano (pero que estén en buen estado), pueden hacerlo entregándolos en la sede de la asociación de vecinos, en la calle poeta Concha Méndez o bien en el distrito Centro, junto al mercado de la plaza de la Merced.
Este año colaborará además el distrito y el día 2 de enero está previsto que se corte la pequeña calle de la sede para ofrecer bodadillos y juguetes a los niños. Del reparto de juguetes se harán cargo los Reyes Magos, sus pajes o incluso Papa Noel, según cómo se organicen el trabajo estas personalidades.
En estos tiempos tan duros es cuando esa palabra tan manida llamada solidaridad puede llenarse de contenido. Uno de los barrios más deprimidos de Málaga lo tenemos asomado al Centro Histórico y está pidiendo nuestra colaboración.
Parking en el cauce
Que las experiencias se nos ofrecen para no aprender de ellas podemos verlo en la asiduidad con la que los conductores aparcan en pleno arroyo de La Caleta, entre las calles Ramos Carrión y San Vicente de Paul.
Incluso ahora que ya se aproximan las lluvias, los automovilistas continúan confiando en su suerte y dejan aparcado el coche en un tramo del cauce que sigue sin contar con una solución urbanística adecuada.
Cuando llueva, los coches saldrán a la mar, como ya ha pasado más de una vez, y vendrán los lamentos.