Lo importante no es el instrumento, sino lo que el artista es capaz de crear con él. En una conocida secuencia de fotos, Pablo Picasso termina de comerse un par de lenguados y las raspas le sirven para adornar un plato que remata con unas pinceladas.
Ya sean raspas, pinceles o el ratón de un ordenador, lo importante es el resultado. Esto es lo que el arte digital pretende hacer ver: que ante todo es arte. Si Pepe Bornoy ha sido el pionero indiscutible, cada vez son más los artistas que dan el salto a lo digital porque les abre un mundo de posibilidades.
Es lo que acaba de hacer el veterano fotógrafo malagueño Pepe Ponce,que hasta el 10 de diciembre expone en la sala Gravura (Pasaje Nuestra Señora de los Dolores de San Juan, antigua calle Coronel)16 impresiones digitales, nacidas de muchas horas frente al ordenador, convirtiendo cada instantánea en un mundo completamente diferente, acompañado por los textos llenos de poesía de Antonio Abad. El fotógrafo ha cuidado hasta el mínimo detalle, empezando por las impresiones, en un tipo de papel difícil de escribir (Hahnemühle) pero con una rugosidad y color muy resultones.
Algunas de sus impresiones digitales recuerdan a Miró, otras, como la estrella tartésica, al dibujante holandés Escher, que creaba paisajes geométricos imaginarios, también hay ecos, a color, de Barbadillo y creaciones que harían las delicias de ese personaje de La saga/fuga de J.B. que levantaba mundos tubulares, es lo que Pepe Ponce ha hecho con unas tuberías de la Ciudad de la Justicia, reconvertidas en un universo metálico propio.
Especial encanto tiene una imagen (Eva lo sabía), en la que una tentadora manzana verde aparece rodeada de una tupida red de olas metálicas como las que cuela en casi todos sus edificios el arquitecto Frank Gehry. T
ambién llama mucho la atención el detalle de una puerta cascada, como las que todavía sobreviven en ajados rincones del Centro Histórico. Esta puerta maltratada y llena de costurones, nos descubre mil y un detalles que la ennoblecen. Mucho trabajo tiene detrás Mezquita, la transformación de un detalle arquitectónico en una cúpula de barrocos aires arábigos.
Igual que de la raspa sale un plato decorado, el fotógrafo y artista digital transforma la clásica rejilla verde de una obra en un fantástico paisaje marciano de tonos rojos, en el que sólo falta la llegada de las naves espaciales.
La favorita del público es, hasta la fecha, El túnel, la asombrosa transformación de un paso de cebra en un paisaje en el que la imaginación cae a raudales.
Para dejar volar la imaginación, en el taller Gravura espera el arte digital de Pepe Ponce, de lunes a viernes, de 11 a 14 y de 17.30 a 20.30. Hasta el 10 de diciembre.
El amigo británico
El 8 de diciembre, la asociación histórico cultural Torrijos homenajeará a Robert Boyd, el compañero de armas del general Torrijos, en el Cementerio Inglés. Tras el fusilamiento de Torrijos y sus hombres el 11 de diciembre de 1831, el cuerpo de Boyd fue recogido en la playa por el cónsul inglés William Mark, quien lo enterró el 12 en el recién inaugurado cementerio.