De dónde acabó un perrillo de la calle Larios

11 Oct

Esta es la historia real del viaje inesperado que vivió una mascota, un perrillo, que plantaba sus reales en la calle Larios hace ya unos años

El animalito vivía con el portero de un edificio y solía darse sus vueltas por esta calle de mármol, mucho más segura que cuando, unos años antes, este perro tenía que bregar con los peligros del tráfico rodado. En una ocasión, dueño y mascota se distanciaron, no por ninguna desavenencia, sino porque el portero hacía su trabajo y quizás fregaba la escalera o repartía el correo, mientras que el perro se daba una vuelta por una calle tan comercial y animada. 

En esos vagabundeos andaba cuando una amante de los animales, de gran corazón y exceso de celo, detectó al animalito y pensó que algún alma siniestra lo había abandonado en pleno Centro Histórico.Con muy buena voluntad lo recogió (después de que le costara un poco porque el perro se resistía y le enseñaba los dientes) y llamó a la protectora de animales. 

La mascota rescatada no sólo recibió un buen pelado, sino que también fue desprovista de sus genitales, ya que la intención era mandarla de inmediato a Finlandia, donde le esperaba una comprensiva familia adoptiva. El destino no es ningún capricho, conocedores de las costumbres selváticas de muchos malagueños (sobre todo de esos cazadores neandertales que abandonan a sus  perros de caza cuando ya no les sirven) los finlandeses están muy concienciados contra el maltrato animal. 

Sin embargo, la amante de los animales tuvo una corazonada y antes de enviar al perro a Finlandia (ya pelao y mondao), indagó por la calle Larios y para su desconcierto comprobó que el perro tenía dueño: el portero. Este sin embargo, al conocer el estado y el destino del animalito, autorizó el viaje a Helsinki, pensando que el perrillo estaría mucho mejor.Y allí seguirá sin duda este animalito, que puede que alguna vez, sobre todo ahora que se acerca el frío, eche de menos los calores de la calle Larios, y se pregunte qué pudo pasar para ser el protagonista de un error burocrático, basado precisamente en el amor a los animales. 

Ni que decir tiene que estos fallos son los menos y que los perros que viajan a Finlandia suelen tener detrás una historia de abandono o maltrato que, por desgracia, sigue siendo el santo y seña de esta tierra. Algún día mejoraremos.

 

Emplazamientos

Comentaba el pasado mes de septiembre un arquitecto malagueño residente en Madrid, a raiz del tremebundo hotel de Moneo de diez plantas en el Centro, que nuestra ciudad tiene uno de los mayores índices de edificios «mal emplazados» de España.

En efecto, si algunos piensan que Dios juega a los dados con el Universo, en Málaga la diversión de los últimos 50 años parece estribar en levantar los edificios en los sitios más inapropiados, y ni la burbuja inmobiliaria y su posterior explosión han acabado con esta tendencia tan típica de las zonas costeras españolas. Este innegable signo de subdesarrollo continúa siendo, misteriosamente, motivo de orgullo para algunos políticos locales. Pobres de nosotros.

2 respuestas a «De dónde acabó un perrillo de la calle Larios»

  1. Perdone la digresión, señor Alfonso. Alguien ha escrito lo que sigue en la sección de cartas al director de su periódico (he comprobado que es cierto), ¿No me diga, señor Alfonso, que no es indignante? Espero y confío que usted contribuya a su difusión. Un cordial y saludo

    «Hola, en primer lugar felicidades por este primer Maratón en Málaga. Hacía tiempo que no entraba en vuestra web, y hoy mismo me he inscrito, por cierto. Pero ya viene la primera decepción, ¡cómo no! después de inscribirme he mirado otra vez, por mera curiosidad, el circuito. Y me encuentro con que la segunda vuelta, que estaba genial, os la habéis cargado, y ya se pasa por el Centro de refilón.
    Pero ¿no iba a entrar en Alcazabilla, La Merced, Carretería, Pasillo de Santa Isabel, Especería, etc…?
    Mentira, para variar, y ojo, que habéis modificado el recorrido después de abrir el período de inscripciones. Os inventáis el tema de las obras del metro, (lo comentáis en otro post) cuando se sabe de sobra cuándo y dónde empiezan cada tramo, y nos engañáis.
    Os cargásteis la media maratón este año con ese doble recorrido ovejero de ida y vuelta, y ahora esto. Que no habéis hecho lo mismo porque ya se os caería la cara de vergüenza.
    No apoyáis el atletismo, no os gusta el atletismo, no os llaméis corredores porque para nada sentís lo que siente un corredor. A un maratoniano le gusta que le enseñen la ciudad, no los polígonos (primera vuelta), o únicamente el Paseo Marítimo (segunda vuelta, prácticamente) que como encima toque un día de viento…
    Deberíais ceder el testigo a otros organizadores que luchen más que vosotros y no se dediquen a recaudar el dinero de la inscripción, nada barata por cierto, para lo que ofrecéis. Seguramente yo sí correré, si las lesiones me respetan, pero lo haré porque es mi ciudad, donde han nacido mis hijos y donde llevo viviendo más de doce años. Aparte de otras muchas carreras de distintas distancias, será mi maratón número 15: San Sebastián, Sevilla, Madrid, Barcelona, Ronda, Jarapalos, Berlín, Dresde, Estocolmo… de asfalto y de montaña, y puedo decir lo que se esfuerza cada organización.
    Y vosotros, lo dicho, lo habéis vuelto a hacer, nos habéis engañado».

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