La notica la dio en exclusiva La Opinión el pasado sábado. Fue una bonita elección dedicar la portada a este asunto, el de la «salvación» de un importantísimo archivo fotografíco de Málaga, y no optar por ese alarmante (y cansino ya) desfile de alcaldes malagueños ante la justicia. ¿Alguien lleva la cuenta?
Ojalá que todos puedan mostrar su inocencia, pero no estaría de más retirar casi todas las competencias urbanísticas a los ayuntamientos españoles y acabar para siempre con tanta tentación y tanto sinvergüenza.
Telenovelas urbanizables aparte, el pasado fin de semana conocimos un capítulo más de la poliédrica ciudad de Málaga:?un profesor y archivero de Dolores de San Juan, salvando a contrarreloj las cajas con negativos que pudo de unas obras en la calle
Estas obras, por cierto, tienen delante un cartelón enorme que anuncia que en ese mismo lugar se levantará un museo, costeado en parte por el Gobierno,
Pues ni siquiera toda esta carga cultural e institucional ha evitado que un responsable de la obra terminara discutiendo con el archivero, y no le permitiera salvar del verterdero los más de 5.000 negativos que con toda seguridad se llevó una cubeta. Por suerte, salvó la otra mitad.
Así que la alegría es también amarga. Por un lado, hay que aplaudir a este profesor, que bien pudo pasar de largo y no meterse en berenjenales, pero optó por salvar de una destrucción segura miles de negativos de los años 20 a los 60 y decenas de diseños artísticos de lo que resultó ser el almacén del fotógrafo Cristóbal Velasco, autor del trono de los Estudiantes.
Pero por otro lado, Málaga sigue teniendo un déficit serio de respeto al Patrimonio y en el ranking de ciudades civilizadas nos falta un hervor. Algún siglo de estos seremos una Ciudad con mayúsculas.
Con patatas
Hace tres años el firmante escribió un estrafalario ensayo sobre los majarones de nuestra provecta ciudad. En su atrevida ignorancia, dedicó un capítulo a la sentida pero discreta trayectoria del C. D. Málaga-Málaga C. F., comparándola con los escasos éxitos de la selección española de fútbol, que sólo había ganado una Eurocopa (cuando los pocos televisores que funcionaban lucían en blanco y negro) además de solazarse con Malta.
Un año más tarde llegó el triunfo de la Eurocopa de Alemania y ahora el del Mundial de Suráfrica, así que un servidor tendrá que cambiar el capítulo o, directamente, comérselo con patatas (venturosa indigestión). A ver cuándo toca retractarse de lo escrito sobre el Málaga.
Montaña chilena
En la chilena calle de Viña del Mar, en el ajardinado barrio de Puerta Blanca, el pasado lunes no dejaba de crecer una montaña de garrafas de agua, que desbordaba el contenedor de reciclaje y se desparramaba por la calle.
En este caso hay que ver la botella (o la garrafa) «medio llena» y felicitarse de que el reciclaje se abra camino y se convierta, poco a poco, en un gesto diario más de todos.
No puedo estar más de acuerdo con usted, señor Alfonso: “No estaría de más retirar casi todas las competencias urbanísticas a los ayuntamientos españoles y acabar para siempre con tanta tentación y tanto sinvergüenza”. No sé si también en materia urbanística, pero hace unas semanas, mediante ley, la Junta de Andalucía traspaso e incremento las competencias de los ayuntamientos, lo que sin duda alguna extenderá e intensificará el desmadre en los mismos. En mi opinión, tampoco estaría mal, retirar competencias en materia de personal a los ayuntamientos (¿Conoce usted alguno que respete los principios constitucionales de igualdad, mérito, capacidad y publicidad?). Y ya puestos, y para poner la guinda en la búsqueda de la perfección, ¿Qué tal si eliminamos -extinguimos- un buen número de ayuntamientos? Un saludo, señor Alfonso.