La insólita vida «digital» de Teresa Aspiazu

14 Jun

Recuerda la concejala de Medio Ambiente Araceli González que cuando en 1854 un grupo de mujeres pidió el sufragio universal, un periódico las calificó de «cuatro solteronas». Afortunadamente, mucho ha cambiado el cuento y una de las responsables de dejar atrás esta falta de civilización fue Teresa Aspiazu.

Con independencia de que la estupenda obra de Araceli González sea el primer libro electrónico que edita el Ayuntamiento, el estudio tiene el mérito de rescatar una figura totalmente desconocida, salvo en algún artículo o estudio aislado.

Nacida en Cádiz en 1862, Teresa Aspiazu tenía precisamente 62 años cuando aceptó el reto de convertirse en la primera concejala de Málaga. Detrás dejaba una vida entera dedicada a la enseñanza que comenzó nada menos que con 18 años, cuando abre un colegio privado. Llegó a Málaga recién hundida la fragata Gneisenau, 1901, para convertirse en profesora de la Escuela Normal de Maestras y años después en su directora. ¿Qué hizo la primera concejala de Málaga?, por lo que parece, trabajó más que nadie y sin abandonar sus obligaciones en la escuela, y así durante seis años, hasta que el Ayuntamiento se disuelve. Teresa Aspiazu se volcó en el sostenimiento económico de asilos, escuelas;?en la creación de nuevas bibliotecas y en el mantenimiento de las pocas que había y hasta propuso ofrecer sesiones educativas de cine en los jardines públicos.

Una de sus grandes obras fue el reforzamiento de la Educación Especial, con la creación del Instituto Malagueño para Ciegos, Sordomudos y Anormales. Además, peleó con insistencia para que el Ayuntamiento pudiera admitir a dos opositoras a funcionarias municipales, una lucha que perdió frente a unos argumentos jurídicos que hoy parecerían dignos de Irán.

En sus últimos tiempos en el Ayuntamiento se jubiló de su cargo en la Normal por su pobre estado de salud, pero continuó peleando por la cultura y la educación.?Disuelto el Ayuntamiento en 1930, años más tarde, en 1947, le llegó el reconocimiento cuando el Ministerio de Educación decidió que la Escuela de Magisterio llevara su nombre. Falleció dos años más tarde, a los 87 años.

Un resumen que no hace justicia a esta luchadora. Si quieren saber más de esta apasionante mujer, pueden descargarse el libro en www.malaga.eu.

Armas arrojadizas

Como comentamos hace unos días, cuando en el pleno del Ayuntamiento más racanea el intercambio de ideas es a la hora de contraatacar con lo mal que lo hace o lo hizo el partido de enfrente.

En estos casos tan repetitivos y que demuestran una pobreza de ideas preocupante, el concejal del partido de turno suele sacar a colación los siguientes organismos y personajes: la Diputación, el Gobierno, la Junta, el Ayuntamiento de Sevilla, Griñán, Zapatero y Aznar.

Al aparecer estas cansinas armas arrojadizas es cuando el ciudadano de a pie debe agacharse para no ser alcanzado por la verborrea, aunque lo más sensato sería abandonar el recinto. No hay de qué.

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