Ahora que nos llega el metro, no era cuestión de que el usuario se encontrara con una oferta dispar:?en el Metro de Málaga se toparía con el siglo XXI y a la hora de coger el autobús en el Muelle de Heredia, con la España de ‘La ciudad no es para mí’, del gran Paco Martínez Soria.
Por eso, no sólo en el subsuelo sino también en la superficie, Málaga vive una ‘revolución’ en el transporte, con la eliminación de sus infraestructuras más cochambrosas, esas que ya daba vergüenza usar y lo peor de todo, que las usaran otros, llevándose en la mochila una impresión muy cutre de Málaga.
Por eso, hay que agradecer que coincidan en el tiempo la demolición de la espantosa e incomoda estación del Muelle de Heredia, un hito del ‘antidiseño’, con la ‘extracción’ de las estaciones del Cercanías.
Las estaciones próximas al río Guadalmedina, las que dan al lateral de Correos y la más próxima al CAC, parecían los banquillos de un equipo de Regional Preferente. En sus últimos tiempos, ya abandonada la estación junto a Correos, se había visto inundada por un mar de latas oxidadas y bolsas de plástico. Una oda marinera al consumismo o al coleccionismo desaforado.
Ahora, un mar de piedra picada se alza en este espacio, acompañado siempre por las tipuanas de flores amarillas. Quizás esta primavera veamos el ‘renacer conjunto’ de árboles y estaciones, más acordes con estos tiempos.
Mientras tanto, un ‘foso medieval’ se ha abierto en la estación de autobuses del Muelle de Heredia, que ya estrena pérgola nueva. Casetones prehistóricos y bancos de ‘tortura’ han pasado a la historia. Los mejores deseos para una pronta renovación.
Nueva Inmaculada
Hoy jueves, en el transcurso del encuentro ‘Presbiterio y Seminario’, se bendecirá en el Seminario de Málaga la nueva imagen de la Inmaculada, obra el escultor veleño Francisco Martín Molina. La imagen mide cuatro metros y medio de alto, pesa 540 kilos, comenzó a realizarse en noviembre y se colocará de cara a la ciudad.