Los dos grandes triunfadores de la noche han sido Grecia e Islandia. Grecia ha destacado con una efectista, a la vez que sencilla, puesta en escena cargada de fuerza y acordes de música popular griega. Cantada en su lengua (cosa que nos ha gustado mucho). Por su parte, Islandia también ha pasado. Siempre fue de mis favoritas, aunque pensé que lo tendría más difícil porque la música disco no suele tener éxito en Eurovisión. En Eurovisión sólo gusta a un grupo muy determinado de amantes de la música. Pero la elegancia y la fuerza de la cantante islandesa han hecho que esta noche triunfe la música de baile en Oslo, y posiblemente quede en el top 5 en la final del sábado.
En cambio, ha pasado a la final una de las peores canciones del festival: la de Rusia. Esta vez he de reconocer que el voto ‘politico’ ha sido decisivo, pero en la final no le será suficiente y quedará entre las últimas.
El lado contrario ha sido Portugal. Para mí, la gran sorpresa de la noche. Ha pasado porque ha gustado a Europa, sin más. De vecinos sólo nos tiene a nosotros y ha debido cautivar a Europa con su elegancia y su gran voz en esa balada cantada en portugués con reminiscencias de fado. Todo un mérito y motivo de enhorabuena para Portugal. Otras justamente clasificadas han sido Serbia, Moldavia y Bélgica.
De las demás poco más que decir, salvo que son mediocres. De mis favoritas sólo ha faltado Eslovaquia, pero. en general, todo según lo previsto.-SALVADOR GARCÍA ARANDA, enviado especial a Oslo