Sabemos mucho, muchísimo, de Venezuela. Mandamos a nuestros políticos a hacer de intermediarios. Parece que fuera el único país donde la democracia corre peligro… Y por casa… ¿cómo andamos?
Otra vez estamos a menos de un mes de las elecciones en Venezuela. Todos los partidos están informando y comentando las campañas y los medios de comunicación nos tienen al tanto de todos los detalles. Algunos sacan los trapos sucios de los sucesores del ‘chavismo’ y otros comentan las disputas entre los opositores, que difícilmente logran ponerse de acuerdo.
«¡Oiga, pero ahora no hay elecciones en Venezuela. Las elecciones serán el 26 de junio y en España!»
Me parece que entre todos nos están liando. Nos dicen que la justicia no es independiente y que el presidente Maduro ha logrado que le convalidaran el ‘estado de excepción’. Y que tiene controlado al ejército para organizar un ‘autogolpe’ que le respalde para seguir en el poder.
En Venezuela. Tal vez sería interesante también ver lo que está pasando en Ecuador y en Bolivia, dos gobiernos que defienden la política ‘bolivariana’ que quiere abrir camino a una mayor autonomía de América Latina.
¿Y a quién le interesa lo que pasa en América Latina? Parece que la formación académica de la presidenta del Tribunal Supremo fue de la mano con profesores universitarios que son de Podemos.
«¿Del Supremo de Venezuela?»
Por supuesto: estamos hablando de Venezuela.
«Creía que estábamos hablando de España».
Esa es otra forma de corrupción. ¿Por qué los profesores de Podemos han dado un título a la presidenta del Supremo venezolano? Habría que investigar si esa señora está realmente bien preparada.
«¿Y a quién le importa si está bien preparada la presidenta del Supremo venezolano?»
Es un dato muy relevante. Parece que algo tuvo que ver Monedero. Felizmente, los grandes políticos españoles viajan a Venezuela a enterarse de lo que está pasando y a defender la democracia: Zapatero, Albert Ribera… Parece que allí hay muchos indicios de algo corrupto.
«¿Corrupción en Venezuela? ¿Y no tenemos suficiente corrupción en España? El PP ya fue bautizado como un cesto de manzanas podridas. En el PSOE todos los días aparecen nuevos episodios. Tengo una amiga, un poco inocente, que se asombra de que los corruptos no se cansen y sigan llevándose su dinero a los paraísos fiscales. En Europa dicen que los partidos ‘ultraderechistas’ crecen constantemente. Han rozado el triunfo en Austria. Esto tiene indignado al señor Juncker, presidente del Parlamento Europeo».
¿Juncker? ¿Ese no es el de Luxemburgo, donde funciona uno de los principales paraísos fiscales?
«Si, pero ese no es de Venezuela. ¿Usted no estaba hablando de Venezuela?»
Hombre, pero también puedo opinar algo de España…¿no? Que aquí tenemos mucha corrupción.
«Aquí estamos ahogados de casos de corrupción. Pero tampoco parece que a nadie le preocupe mucho. Lo último ha sido lo del presidente del Banco de España, Fernández Ordóñez. Ya en plena crisis autorizó el pago de indemnizaciones multimillonarias a los que se retiraban».
Veo que a usted le gusta hablar de España.
«Hombre, creo que es lo suyo porque en menos de un mes tenemos elecciones. Es un buen momento para hablar de España».
¿Y no le gusta hablar de Venezuela? Es muy interesante. Yo diría que es un tema apasionante. Y es lo que hacen todos. Tenemos mucha información. Y es una cuestión que le interesa mucho a Felipe González.
«¿El asesor de las eléctricas? ¿El que autorizó a los terroristas de Estado del GAL? No entiendo cómo ese todavía no se ha retirado de la política».
¡Qué va! Sigue en activo. Y ayudó mucho a luchar por la democracia en Venezuela. ¿Volvemos a Venezuela…? Eso me gusta. De Venezuela sabemos mucho. Todos hablamos de Venezuela. Hasta nuestro ministro de Asuntos Exteriores, el tal Margallo, apoyó los viajes de los políticos, aunque sean de otros partidos, pero siempre y cuando traten de negociar un gran acuerdo y no siembren cizaña.
«¿Y por qué nos importa tanto Venezuela?»
Porque hay que salvar a la democracia.
«¿Y quien va a salvar a la democracia en Estados Unidos? Allí, si gana Trump van a tener menos democracia que en Egipto».
¿En Egipto? ¿A quién le importa Egipto?
«Es un tema de conversación como cualquier otro. ¿Por qué no mandamos a nuestros políticos a pedirle elecciones al que gobierna Egipto, el general Sissi, cuyo ‘poder judicial’ fusiló a los que habían ganado las elecciones?»
¿De Egipto? Usted sí que es raro. Sabemos mucho, muchísimo más, de Venezuela.
«Y de la corrupción…»
… Pero no nos vamos a poner ahora a hablar de España.