Las encuestas son como las fotos burlonas que nos sacamos a cada rato. La consigna que pone nervioso al Gobierno es la más sencilla: ‘tic, tac, tic, tac, tic, tac…’
La semana pasada hablábamos del «zafarrancho de combate»: todo el mundo corría a ocupar su puesto para las inminentes batallas electorales de 2015. Pero fue como un comienzo de filmación fallido: nadie fue a ocupar el lugar que le correspondía. Se produjo el inevitable «corten». Y después: «¡no,no,no! Vamos de nuevo».
Nadie encontraba su parte del guión. Rajoy, el pobre, comenzó a explicar que España va de maravillas. ¿De dónde podía haber surgido la idea de agitar sin descanso lo de la «recuperación» económica, que no nos llega a los bolsillos. Era como pretender que un parado se quedara contento al ver que los medios de comunicación le auguraban un futuro mejor. «¿Qué comeré entre tanto?», se preguntaría.
A Pedro Sánchez le dieron para recitar un papel en el que se le advertía de que él no iba a ser candidato a la presidencia del Gobierno. Se le explicaba que no tenía que decírselo al público pero que era mejor que ya se fuera acostumbrando. Para poder ser ella presidenta del Gobierno (bueno, digamos candidata) Susana Díaz es capaz hasta de sacrificar la presidencia de la Junta de Andalucía. ¡Qué generosidad!
Pero ocurrió algo inesperado: el guión tenía nuevas correcciones. Venía una encuesta que decía que hasta los propios socialistas andaluces preferían a Pedro Sánchez antes que a la Gran Susana. ¿Qué había sucedido?
Hay gente que se mira las encuestas con tanto fervor que se las cree todas, aunque una diga lo contrario de la otra. Si se entretienen en mirar los resultados, no importa quién las haya encargado, verán un fenómeno paranormal: a veces aparecen varias con Podemos de «número dos» pero con distinto número uno: una pone como uno al PP y la otra al PSOE.
Un amigo extrajo de esa comprobación la teoría de los selfies que conviene tener en cuenta. Dice que las encuestas son como los selfies: un retrato que la sociedad española hace de sí misma con las consabidas carantoñas: sacando la lengua, haciendo los cuernos, echándose las orejas palante… con caras de borrachines, con una nariz de payaso… Los selfies no son para ser mostrados como fotos de boda o de primera comunión. Solo son bromas que cada uno gasta con su propia imagen, demostrando que es capaz de reírse de sí mismo. Aunque no fueran selfies, siempre son «fotos fijas» y la vida, la política, España, Europa, son todas películas que no se paran nunca.
Estoy convencido de que la manifestación de Podemos del pasado sábado ya modificó en parte las intenciones de la gente que había sido encuestada unos días antes… Lo que cada uno finalmente vote en las elecciones andaluzas de marzo rebotará sobre las siguientes elecciones municipales, y lo que ocurra en éstas repercutirá en las elecciones de Cataluña de septiembre… y finalmente éstas y todo lo ocurrido hasta entonces se reflejará en las elecciones generales de noviembre.
La mitad (o más) del oficio de político consiste en ser optimista contra viento y marea. ¿Acaso Podemos no nació con un grito de victoria en la boca? ¿ La sola presencia de 200 o 300.000 almas en el centro de Madrid, convocadas por Podemos representa ya un «talismán», un poderoso achuchón que ninguna otra fuerza política está hoy en condiciones de igualar. Allí, en esa macro invitación a sumar fuerzas, es donde está el embrión de una «unidad popular» que aspire a descabalgar a la «casta», la vieja política en la que se debaten, sin lograr hacer pie, tanto Rajoy, como Pedro Sánchez, como la Señora Díaz o como Alberto Garzón, el precandidato de Izquierda Unida para formar una gran coalición, un borrador que va de mano en mano y que nadie termina de pasar a limpio.
Imagínense: Rajoy hablando de un mundo de ficción, una España que, como decía su mentor, Aznar, «va bien», aunque no logremos verlo. Pedro Sánchez vendiéndonos sus virtudes mientras se va enterando que ni siquiera está claro que vaya a ser candidato. La señora Díaz tirándose a la piscina sin haber comprobado que había agua suficiente….
En medio de todo eso, Pablo Iglesias parecía un remedo de Martin Luther King, como si alguien le hubiera dado la idea, aparentemente brillante. Tuvo un sueño pero, a diferencia del de King, es un sueño para poner en marcha mañana mismo. ¡Que peligro las brillantes ideas de los asesores! Más oportuno estuvo Errejón, recordando que la invitación de Podemos es para todos, hayan votado lo que hayan votado… Ese es el mensaje que tantos izquierdistas que recuerdan viejas tradiciones «frentepopulistas» no logran captar: lo que de verdad desespera a la derecha….¡es que le quiten votos! Por eso el lema que realmente los pone nerviosos es: «tic,tac,tic,tac,tic,tac…».
Hola amigo Horacio tengo en tu contra que sigues desconfíando en la Palabra porque piensas que Dios es como un ser humano.
Amigo Horacio yo no soy paranormal lo único que hace esta persona es orar
Insisto tienes que buscar a gente para formar el grupo de quince a veinte integrantes es importante porque no me sirves a mi sino a Cristo
Hola Horacio amigo tengo en tu contra que no eres sincero. Ama a la sinceridad a la verdad a la libertad.uno no es libre si no tiene sabiduría
Hola Horacio amigo tengo en tu contra que no amas suficiente a tu prójimo hay que amarlo más que a nosotros mismos porque es por nuestro propio bien. Te insisto necesito seis personas para formar el grupo necesario es mejor hombres.