Una persistente llovizna cae sobre Podemos. Se han fijado en las cuentas y facturas de Errejón y de Monedero y esto ha logrado el misterioso efecto de que muchos medios de comunicación dirijan su mirada a las universidades. Algunos creen ver allí un siniestro foco de corrupción. Y dicen, con razón, que las cantidades no importan tanto. Al fin y al cabo todo el mundo sabe que el rendimiento económico de un trabajo de investigación, por ejemplo, está muy lejos de las cifras destinadas a un «trabajo» (ponedle el nombre más apropiado que se os ocurra) de Belén Esteban, por ejemplo. Y que la retribución de la señora Esteban está a una distancia sideral de la rentabilidad que produce el «trabajo» de los creadores de ‘ERE’s con trampa. Y no digamos ya del señor Bárcenas, que para él 8 o 9 millones de euros son solo una compensación por sus gestiones.
Lo que a nosotros nos asombra y por mucho que nos esforcemos se nos vuelve a poner cara de pasmo, es que la realidad esté siendo sacudida por tormentas devastadoras y por vientos huracanados (que tienen asidos a los árboles a señores bajitos, como Pujol, o a individuos altos y recios, como Mas) y que se sucedan unas a otras, en cadena… y miramos a un lado y a otro y….¡no dejan víctimas! ¡Es que ni siquiera mojan!
El único que parece notar algo es el expresidente Aznar, que ha llegado a la convención de su partido y, compartiendo nuestro pasmo, se preguntó en alta voz: «¿Dónde está el PP?»
Tormentas semejantes a estas se han llevado por delante toda la vieja política en Grecia. En España, no. La vieja política se mantiene en pie y no hay temporal que ni siquiera la despeine. Si algo llama la atención, sí, es un espectáculo un tanto raro: el vuelco del Partido Popular al mundo obrero. En la convención de los populares salió uno y dijo: «soy alcalde, soy electricista, de la casta de los electricistas»; y otro: «soy de la casta de los agricultores»; «soy de la de los administrativos»; «soy de la de los estudiantes». Parecía que todos se habían disfrazado al estilo de Mortadelo.
No se crea que todo esto viene condicionado únicamente por Podemos y sus denuncias contra la casta política. También ha dejado sus enseñanzas la lideresa del PSOE, Susana Díaz, quien proclama orgullosa que es «de la casta de los fontaneros», el oficio de su padre.
Tal vez por eso Aznar preguntó «dónde» estaba el PP. Entre tanto obrero no encontraría a los dirigentes. Pero nos parece más probable que compartiera nuestro asombro (después de todo, el propio Aznar está bajo sospecha)… Imaginaría, como nosotros, que estarían todos atados al palo mayor para que la tempestad no los arrojara al mar, sobre todo contando con el gran ventilador, el señor Bárcenas, suelto y desparramando apuntes de contabilidad donde aparecen más de 48 millones que, según se cree, contribuyeron a financiar al PP.
Estamos sumergidos en la vieja política. Rajoy cree que puede seguir ignorando la realidad, empapado por la corrupción y simulando estar seco… La mismísima Esperanza Aguirre escribió ayer, aunque hablando de otra persona (claro está): «…como si no reconocer un problema contribuyera en algo a solucionarlo».
Y la señora Díaz, anticipando las elecciones andaluzas para cuadrar su agenda, complicada por el parto (todos sabéis que está embarazada) y por su ya nada oculto objetivo de quitarle el puesto principal a Pedro Sánchez.
Rajoy y toda su pandilla haciendo como si la corrupción no fuera con ellos. Y la señora Díaz, tres cuartos de lo mismo, además de unos complicados equilibrios para cuadrar sus proyectos políticos con sus proyectos personales y montarse con todo eso en lo que ella llama «el tren de Andalucía»… (ella sigue creyendo que su persona, su partido y Andalucía son una misma cosa). Los dirigentes de los partidos de la casta siguen pendientes de sus intereses y sin tomar en cuenta a la gente. Creo que no terminan de entender la raíz de los males que les aquejan a ellos y, por carácter transitivo (puesto que todavía están en el gobierno), a todos los ciudadanos.
Aunque la llovizna suave pero tenaz seguirá cayendo sobre Podemos, porque eso está en el «guión» que los Rajoy y las Díaz manejan, es difícil pensar que las gabardinas de la gente de Podemos no les protegerán lo suficiente si estamos viendo que un tsunami apenas salpica a la casta, incluyendo la casta de los fontaneros. ¿O se verá a todos ellos, de repente, desesperados buscando un techo que les proteja porque les llueve «en diferido»… y entonces hasta Aznar verá, de repente, reaparecer a su antiguo partido?
Hola amigo Horacio tengo en tu contra que dudas De La Palabra es todo lo peor que te puede pasar además te he pedido un favor que me ayudes a buscar a esta gente que necesitamos. Espero tu colaboración
Hola Horacio amigo. Tengo en tu contra que no reaccionas no te dejas llevar por la corriente. Sigue buscando gente para el grupo que te dije.
Hola amigo Horacio tengo en tu contra que no quieres sufrimientos pero los sufrimientos nos.hacen perfectos. Sigue buscando gente para el grupo. Es necesario es nuestra contribución aL Señor .