30 años no es nada

Alejandro Dumas nos hizo esperar 30 años para conocer el final de la historia de D’artagnan y sus tres mosqueteros. Pero en los tiempos que corren tendremos que acostumbrarnos a esperar 30 años para saber, no solo el final, sino el principio de todas las historias… Habrá que esperar a que se desclasifiquen los «secretos de Estado» de los norteamericanos, de sus aliados y de sus enemigos, salvo cuando Wiky Leaks nos adelanta algunos documentos secretos y podemos enterarnos, por ejemplo, de que Israel ha creado el ISIS, uno de los nombres del neoterrorismo del Estado Islámico implantado en el corazón de la región siempre en armas: Siria, Irak, el Kurdistán… junto al cercano foco de guerra intermitente: Líbano, Palestina, Jordania….

Datos como ese desgarran el mapa que los observadores tratan laboriosamente de pintar. Así agregan confusión (y alimentan nuevas hipótesis), como ocurre con esa terrible mortandad de posibles testigos de los atentados como el de Charlie Hebdo y ese extraño ataque paralelo contra un supermercado judío, que ayudó a establecer los «necesarios» equilibrios político-religiosos: del lado atacante, el Estado Islámico y al Queda (y todo el jeroglífico de siglas), contribuyendo a representar al gran ogro musulmán con islamitas franceses y ese maliense que simboliza la presencia de un país atacado y bombardeado por la Francia de Hollande. Y en el terreno religioso, a los asesinados dibujantes agnósticos de Hebdo, corresponde sumar el cristianismo de base de la sociedad occidental, y estos judíos asesinados en un operativo distinto pero (según las versiones oficiales) sincronizado. Resumen feroz: todos muertos, atacantes y atacados, y el agredido es Occidente con «todas sus religiones».

Todo cuidado y mezclado como en una receta en la que no hay que olvidar ningún ingrediente si se quiere que el plato vaya al gusto de todos los paladares. Solo así estarán los 50 principales que formaron el frente de la manifestación, incluyendo a Netanyahu (un genocida tristón porque todavía no le han dado el Nobel de la Paz). Y excluyendo a grandes figuras de Washington, que envió a un dirigente de segunda fila, dando un discreto paso atrás que deja a Europa recoger los «laureles» de esta guerra tan despareja.

¿Despareja? Absolutamente despareja. Aunque haya habido «tiros de gracia» hasta sumar 17 muertos y no dejar ningún testigo, conviene no olvidar que los terroristas no dejan de ser un puñado frente a las poderosas naciones de Occidente defendiendo una civilización que, al mismo tiempo, con la mano detrás de la espalda, no solo reprimen toda disidencia sino que hasta van creando una enorme red de información que vulnera la directiva de protección de datos personales. España y otros 13 países europeos pretenden crear unas fichas sobre cada pasajero de cada vuelo, con los itinerarios completos, la frecuencia con la que el «ciudadano» viaja, si va acompañado y por quién, qué número de asiento le dieron… Preocupan mucho estos viajes a la zona de conflicto o países próximos porque… ¡los viajeros pueden transformarse en yihadistas! ¿Cómo preverlo? No es fácil adivinar cuál puede ser la intención de un viajero. Se trata de prevenir las malas intenciones. Como cuando se atacaba a Afganistán: ¡resultaba tan difícil distinguir por la cara a un talibán de cualquier otro afgano!… Ahora es preferible imaginar que cualquier viajero musulmán puede ser un «lobo solitario» que se unirá a alguna de las guerrillas que abundan por aquellas regiones.

Estamos ya inmersos en esa «guerra preventiva» que destroza las garantías de una sociedad democrática, mientras todos los crecientes medios represivos se presentan como mecanismos de defensa de la democracia.

No sé si en 2031 sabremos lo que de verdad ocurrió en aquel famoso y terrible 11S de las Torres Gemelas. Pero mantenemos la secreta esperanza de que en 2045 podamos tener todas las claves de este otro atentado emblemático. Pero así como el 11S fue la piedra angular de esta tan despareja guerra contra el Islam lanzada por los Estados Unidos, esta masacre cometida contra Charlie Hebdo y contra un supermercado judío han puesto a 50 líderes europeos tomándole el relevo a Washington. Por cierto, no encuentro un recorte de prensa muy pequeñito con los muertos en Yemen… ¿qué importancia puede tener que haya muertos en Yemén? Los trileros mueven las barajas… Al Queda, Estado Islámico, ISIS… Yihad… ¿A quién toca señalar en Yemén? ¿Dentro de 30 años lo sabremos?