Los avances de Podemos mantienen vivo el acoso de la jauría insultante de sedicentes periodistas. Pero ahora profesionales de más prestigio también salen de cacería
Uno de los datos que llama más la atención del fenómeno Podemos es que las fuerzas propias del Sistema no salen de su desconcierto. Como el Sistema se basa, justamente, en «simular» un escenario plural, quienes lo apoyan no alcanzan a diseñar una estrategia común. Pero hay «resortes» del Sistema que saltan automáticamente, como si fueran anticuerpos ante el virus invasor (debe ser un virus porque los antibióticos habituales no le hacen mella).
El acoso a Podemos sigue en manos de esa especie de jauría (Inda, Marhuenda, etc.), pese al resultado negativo de esa táctica de insulto y descalificación queriendo forzar la «bolivarización» de Pablo Iglesias y sus huestes. Pero ahora es como si se hubiera disparado otra cacería, con periodistas de otro nivel y con otras líneas argumentales. Parece que el Sistema tiene admitido que su defensa requiere gente cualificada y una elaboración mucho más seria del «discurso» anti-Podemos.
Sin embargo, no se han encontrado, por ahora, los buscados antídotos: Podemos ya se han instalado cómodamente en el escenario de los votantes. Y menos todavía vacunas, porque las grietas del Sistema no hacen más que crecer y la caída de cascotes desprendidos de muros y techos es continua. Desde luego, las peticiones de perdón no provocan sentimientos de piedad sino al contrario: radicalizan aún más los desengaños, a nivel «peperos» y votantes de mentalidad conservadora, y aumentan la furia, en todos los demás sectores de opinión.
De todos modos, a nada de las municipales y a un año de las elecciones generales, no queda mucho margen para divagaciones. Una «primera espada» del periodismo, siempre crítica y casi siempre ácida, Elvira Lindo, se ha lanzado a descalificar a los dueños del poder, tras descubrir ella, algo tardíamente, que los «enemigos» del Sistema son sus defensores. La gente ya lo sabía y los «nuevos culpables», los que han desprestigiado y están hundiendo cada día más esta estructura, eran plenamente conscientes del peligro pero… no podían detenerse. Es el viejo y tantas veces denunciado «espíritu del capitalismo»: «dinero llama a dinero» o, como saben los economistas de todas las tendencias, la función propia del capital es acumularse.
Por eso suena ingenua la invocación: «Como imaginar –dice– que andaban dinamitando el sistema desde dentro».
La señora Lindo subraya la denuncia del nuevo secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, sobre la pobreza infantil en España, nacida de un informe de Unicef. ¿Qué pinta una denuncia de Pedro Sánchez, cuando lo que ella quiere es culpabilizar a todos los señores de corbata ajustada que están destruyendo al Sistema «desde dentro»?
Pero lo que más debilita la argumentación de Elvira Lindo es querer transferir la culpa a los votantes. La típica denuncia del «siguieron votando a los corruptos…». ¿Es que había opciones ajenas a toda corrupción…? Ella se pregunta si «hemos aprendido» de esta experiencia y para formularse el interrogante tiene que mirar hacia otro lado: si deja entrar en su panorama visual a Podemos verá que se ha levantado, justamente, como una opción para quienes no encontraban a quién votar, como la novedad que pretende añadir una alternativa.
Otro periodista del «sector crítico» del Sistema, Juan Cruz, también se ha apuntado a estos planes de «caza mayor». El ha ido directamente a por Pablo Iglesias. A darle bajo su línea de flotación. ¿No es acaso uno de los trazos más fuertes del líder de Podemos su naturalidad, sus respuestas frescas? Esa es, al menos, la impresión que da en su tan reiterada exposición ante las cámaras, aunque probablemente tenga, como los grandes maestros del ajedrez, a unos cuantos analistas trabajando en sus gabinetes para pulir esa espontaneidad con un toque de posado. Y ha descubierto el señor Cruz que los consejeros de Pablo Iglesias han querido suprimir el «piercing». Y también ha «creído entender» Juan Cruz que ahora a Iglesias le gusta el Papa y que estaría dispuesto incluso a sentarse junto a la reina Letizia. ¡Cuántas concesiones! A lo mejor a Pablo Iglesias le cae bien Cruz (¡Por Dios… Iglesias, Cruz, Papa…), puesto que parece más papista que el Papa. La salida de Juan Cruz con intenciones de «caza mayor», deja una sensación ambigua: por muy fuerte que suenen, un «piercing», un Papa y una reina no sé si resultarán suficientes para derruir la imagen de Iglesias y contener la avalancha de votos de que hablan las encuestas.
Horacio si no cambias dé política te dejaré yo decide amas a la verdad o a la política está claro o Dios o al dinero piénsalo el bien o el mal decide a quien sirves piénsalo
Amigo Horacio Piénsalo o con Cristo o sin el con el la vida el amor a la verdad. El que es digno de Cristo va con el. El que no es digno permanece en las tinieblas.
Horacio lamento que no te de gusto lo que te digo pero es necesario que te reprenda y corrija porqué te Amó. Porqué Dios a quien ama lo reprende y lo corrige.
Cristo fue de corazón humilde nosotros debemos ser también, debemos andar por donde el anduvo.
La sabiduría que tengo es superior a la de la humanidad en parte por lo que he leído las santas escrituras.
Tengo en tu contra que no te comprometes con la verdad miedo o desconocimiento a partes iguales hay que despreciar esta vida como Cristo la despreció la verdad hasta la muerte