¿La iglesia quiere salvarse?

19 Mar

No sé por qué se me ha puesto entre ceja y ceja que tiene que haber una conexión entre la elección del Papa Negro y los «drones» del Presidente Negro. Pero por más vueltas que le doy me salen al encuentro esas frases que se burlan de las comparaciones: un tema y otro parecen tan alejados como la velocidad del tocino o el culo de las témperas.

Los «drones» del Presidente Negro están siendo objetados por los rivales de Obama, que quieren complicarle la vida al presidente. Algunos se quejan, con razón, de que el gobierno de los Estados Unidos (la mayor democracia del mundo, suele decirse) no ofrece suficiente información sobre estos asesinatos y se ha llegado al extremo de matar a un ciudadano norteamericano, sospechoso de ser jefe de Al Kaida en Yemen. Parlamentarios republicanos y también algunos demócratas, reclaman mayor transparencia. Esta reivindicación tiene un fuerte toque de humor negro: la mayor democracia del mundo€¿no deberían plantearse, más allá de la transparencia, la monstruosidad de cometer sistemáticos asesinatos de Estado? ¿No deberían preguntarse si 4.700 asesinatos (este es el dato que dio un senador republicano) no resultan una cifra atroz, no constituyen una «práctica» que echa por tierra todo el sistema de garantías? ¿No deberían volverse todos los dedos acusadores al bueno de Obama para señalarlo como alguien que se está cargando el propio sistema democrático? ¿No es el final de la democracia que el país «líder» del frente político de naciones que estimulan, impulsan y promocionan dicho sistema político haya asesinado sin juicio ni defensa posible a Bin Laden€? ¡Pero, además, a otros 4.700 «sospechosos»!

Los nuevos dirigentes chinos (los cambios en China son aún más lentos que los de la Iglesia: ¡recién ahora hay 2 mujeres en el politburó de 25 miembros!) se plantean tener un ejército «capaz de ganar batallas»… siguen hablando de la guerra como si estuviéramos en la época de Napoleón€ Estados Unidos tiene ya una serie de artilugios tecnológicos para la guerra del futuro. ¡Una guerra que están librando ellos solos contra un enemigo inexistente! Es obvio que hay por el mundo terroristas, a veces organizados en grupos y bandas€ Pero no es menos evidente que se trata de unas «pandillas», de pequeñas células que hacen pie en unos pocos sitios del planeta, que están vigilados constantemente y que son objeto de persecución sistemática€Como suelen ser musulmanes y se «ocultan» en países musulmanes, ofrecen a Occidente la «ventaja» de que se puede matar impunemente a todos los civiles que les rodean: nadie se angustia demasiado en Occidente porque «solo» son musulmanes.

Hace más de 7 años que los norteamericanos desarrollan medios de guerra cibernéticos o aéreos sin pilotos. Hace poco, un reportaje nos ilustró sobre la variedad de armamentos de los que casi nunca se nos habla: el software «Riot» permite rastrear las redes sociales en busca de huellas de «agitadores» que mañana pueden ser «terroristas» (permiten predecir nuestros comportamientos) y ya no sabemos si la estrategia del Imperio es ahora la de matar a esos seres potencialmente peligrosos antes de que ellos mismos sepan que pueden llegar a ser terroristas€ Los UCAV son armas integradas: plataforma volante de control remoto, enlaces vía satélite, cámaras para seguimiento de objetivos€ Pueden detectar y matar personas en cualquier lugar del planeta. Las bases para operar van desde Nueva México hasta Arabia Saudí pasando por Irak, Pakistán, Seychelles y Niger. Como acota el autor del reportaje: «queda agotado el espacio para la ciencia ficción». Hay mucha gente que se espanta pero se tapa los ojos. Cuesta creer que todo el paripé democrático se derrumbe de un plumazo (ya incluso no es lo principal que caigan tantas «víctimas inocentes», porque para un sistema democrático todos los que mata el Imperio están bajo presunción de inocencia).

¿Y el Papa Negro? ¿Dónde nos queda el Papa Negro? Tal vez haya una «conexión». ¿Cómo es posible que una Iglesia que parecía dominada por el Opus Dei o los «Neocatecúmenos» haya elegido un Papa jesuita y que se «apunta» voluntariamente al espíritu franciscano? Si hay que encontrarle una explicación a este fenómeno, sin caer en la magia del Espíritu Santo, tendremos que rebuscar por el lado de los «drones» y de una democracia que se hunde€. ¿Será que la Iglesia no quiere derrumbarse arrastrada por un Sistema en crisis terminal?

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