Hay amigos que se han dedicado a resumir la monstruosa lista de los recortes y han tenido que resignarse a que es imposible contabilizarlos porque son un torrente y porque no es una simple suma: suponen un cambio ‘de calidad’, ya que nos han sumido en una etapa tan primitiva que es como si viviéramos en una ‘era geológica’ anterior. ¡Pobre Zapatero, con sus gracietas de que la crisis no era tal sino una ‘desaceleración’! Puede provocar risa o furia que en tiempos en que gobernaba el PSOE se hablara de ‘pérdida’ de estatus o de prestigio a nivel internacional. Eran especulaciones con alguna base de verdad, levantadas a partir de una medición de la cantidad de sonrisas que nos podía prodigar Obama y otras zarandajas. Ahora, en cambio, los desplantes que Rajoy simula tener ante Merkel son como rabietas de niño travieso que no solamente está castigado en el rincón, cara a la pared, como Irlanda, Portugal, Italia, etc. (temblamos pensando en el castigo que le están imponiendo a Grecia) sino que simula ser uno de los preferidos en la pandilla de los ‘malos’.
España se ha quedado incluso sin cargos relevantes a nivel europeo. En Europa solo hay un número 1, Alemania, y un número 2, Francia (el Reino Unido no tiene dorsal porque no está en la zona euro) y todos los demás somos, ya, subordinados directos de Alemania.
¿Qué le queda al PP tras estos avatares y las palpables pruebas de nuestra decadencia económica, política y moral….?
Ha quedado apresado entre dos frases, producto de mentes subdesarrolladas: la que incita a los seguidores del PP a ‘no tener vergüenza’ y la que les obliga a derrochar la poca vergüenza que puede quedarles, deseando a los parados ‘que se jodan’.
¿Puede caber una actitud moralmente más repugnante y políticamente más estúpida que la de mandar a joderse a quienes no encuentran trabajo?… ¿Cómo puede haber, a estas alturas, un militante, o siquiera un votante del PP que no se sienta avergonzado de que en tan pocos meses España retroceda a una ‘era geológica’ anterior?
El PP ha quedado retratado en su trío dirigente de tantos años. Desde la foto de las Azores, pasando por cualquier foto de Rodrigo Rato como director del Fondo Monetario Internacional (FMI), hoy estafador todavía no buscado ni enjuiciado, culpable del desastre de Bankia y de que nos hayan obligado a tapar un agujero superior a los 23.500 millones de euros (la ex Caja Madrid, por si sola, recibiendo más del 13% de …¡todo el dinero dado en Europa a la banca!); y ahora, finalmente, un señor retratado en su grito de forofo futbolero en la final de la Copa de Europa pero escapando cobardemente del cierre del congreso de su partido en Granada para no afrontar la indignación de sus compatriotas.
Cada vez que desde aquí se ha abordado la situación española he marcado la identidad esencial entre PP y PSOE…y cómo uno y otro nos han ido hundiendo al dictado de las fuerzas económicas y financieras que gobiernan el mundo, hermanados entre sí y obedientes a quienes les financian y les marcan el camino…Pero es bien visible hoy que, (le habrá tocado el turno más desgraciado) el PP está aplicando con la mayor brutalidad posible los destructivos planes que el sistema ha impuesto a España.
Tres fotos siniestras: el Aznar de las Azores, sirviente ‘ejemplar’ del imperio; el FMI de Rato, el estafador; y la foto futbolera del registrador Rajoy, insigne cretino al que le ha tocado cerrar el ciclo. Al revés que en Los Tres Mosqueteros, que eran cuatro- los cuatro jinetes del Apocalipsis son tres (el blanco, el de la ‘Victoria’, siempre se escabulle): el de la guerra, paradójicamente rojo, cabalgado por Aznar; el del hambre, caballo negro, simbolizado por el que se llevó la pasta, Rato; y el de la muerte —bbbbrrrrrrrrrr— el caballo bayo de Rajoy, el que nos cierra todas las salidas para la supervivencia.
Así como hemos visto al PSOE dar sus últimas boqueadas con Rubalcaba, ahora estamos viendo probablemente el final de una estirpe de chivatos del poder, que en vez de proclamar su vergüenza tienen el cinismo de pedir que todo el mundo la esconda… Que ni siquiera se avergüencen de expresar su programa político en una sola frase –divino poder de síntesis–…’que los parados se jodan’. (Pido disculpas por todas las palabras malsonantes que, a fuerza de eludirlas, esta vez se me atragantaron y salieron en tropel).