El ex presidente español José María Aznar ha debido ser internado en una clínica de la ciudad de Boston, al presentar una extraña variante de priapismo: su dedo corazón le ha quedado erguido, sin poder volver a flexionarlo, desde el momento en que lo enarboló para responder a grupos de estudiantes que trataban de impedirle pronunciar una conferencia. Los médicos no comprenden cómo pudo haberse presentado esta variante de una enfermedad que hasta ahora sólo ha atacado a los genitales masculinos, provocando que el pene quedara en estado de erección durante largos periodos. La vuelta del órgano sexual a una posición ‘en reposo’ se ha logrado habitualmente con una combinación de un relajante muscular y un sedante para el sistema nervioso.
Como ha ocurrido en otros muchos casos de priapismo, la suspensión de la medicación retrotrae al paciente a la situación anterior: la erección –en este caso del dedo- vuelve a producirse y resulta imposible retornar a la normalidad sin nuevas dosis de medicación.
La esposa del ex gobernante español, Ana Botella –a los que los catalanes llaman cariñosamente ‘Ana Ampolla’- ha querido quitar dramatismo a la enfermedad de su marido afirmando que, aunque para él pudiera ser molesto, a ella, particularmente, no le provocaba ningún trastorno: “al contrario”, dijo, sonriendo con aire pícaro a los periodistas que la interrogaban. Un colega del ‘Post it’ de Washington comentó irónicamente que tal vez la señora de Aznar estaría sufriendo la misma confusión que la enfermedad: la de dar a un dedo la categoría de miembro viril.