Vamos, que vayan levantando la mano los que pensaban que el domingo nos llevábamos un alegrón de categoría ganando al Real Madrid, con remontada nivel heroico incluida y que se cerraba una semana que dejaba al Unicaja como segundo en la tabla clasificatoria.
Vale, la fila se pone corta, y al fin y al cabo era lo lógico pensar que una derrota en el WiZink Center entraba dentro de la lógica. Y es que el titular de la capital, a día de hoy el mejor equipo en resultados del continente, parecía que no iba a conceder la mínima oportunidad al Unicaja. Y, sobre todo, que tras ver algún que otro inicio de partido esta temporada del plantel que dirige Ibon Navarro, pensar que el Real Madrid iba a permitir una remontada, se ponía complicado imaginar.
Pero es que estamos viendo un Unicaja que viene entregando parte del encuentro al rival mientras le toma el pulso, que más que hacer una defensa rigurosa desde el inicio, tiene su propia propuesta de juego y la pone en desarrollo con independencia de lo que tenga enfrente, que juega con rapidez, muchas posesiones, intención de carrera en todo momento del encuentro y que busca generar algo en ataque en cualquier ocasión. Si estuviera simplificando esta definición, diría que lo mismo está bien que el contrario anote una canasta menos, pero de lo que se trata es de anotar un punto más que el otro equipo.
Con estos partidos, cuantitativamente esta victoria cara a la clasificación vale igual que la conseguida frente al Río Breogán, pero es innegable que es de las que se recuerdan, más allá del dato estadístico que hacía que nos tuviéramos que remontar muchos años atrás para recordar una victoria en la fase regular de la ACB en Madrid. Vencer a un equipo tan en forma como el de Chus Mateo viene a respaldar el buen trabajo que se está haciendo. A pesar de no tener todavía el pico de rendimiento más alto que es el que se quiere conseguir, todo esto va a servir como argumento que refuerce el plan de trabajo que se está realizando.
Y ahora, a seguir. A preparar el partido de mañana en Francia para el partido de la FIBA BCL, y dejar casi cerrado el liderato del grupo y evitar pasar por la incomodidad de jugar en enero el play in, todo ello sin perder de vista el partido de Bilbao, frente a un Surne que ha visto el domingo como se le iba un partido que tuvo en la mano, y que le hubiera colocado en una posición en la tabla mucho más acorde para el juego que están realizando. Porque, sin meterme en el tema de la justicia o no -que esto es deporte, no la aplicación de un reglamento administrativo-, los que entrena Jaume Ponsarnau juegan muy bien, mucho más si se analiza con detenimiento la plantilla que maneja el entrenador catalán, y tener sólo 4 victorias en la tabla solo me sirve para pensar que están más cerca de ser minusvalorados, que tenidos en la importancia que realmente merecen.
Con el triunfo ante el Real Madrid, y aún viendo que se sigue diciendo que es el equipo local el que perdió, prácticamente por dejadez, en lugar de reflejar el buen trabajo del Unicaja, yo sí que pienso que esto es una consecuencia de cosas bien hechas, aunque suelo decir muchas veces que a estos equipos se les puede ganar ahora mucho más fácil que llegando el mes de mayo.
Esta victoria es una declaración de intenciones y una reclamación de la posición real que es la que ha de tener este Unicaja, ni el akelarre del pasado más inmediato, ni el de mirar tú a tú a los de la élite europea, por eso es muy buena noticia, no por ese momentáneo segundo puesto en la clasificación ACB, sino porque reponerse a un inicio de liga inestable y dar muestras de poderío frente a los equipos importantes es algo que más que reclamarse, hay que demostrar con resultados, que es el objetivo del trabajo que se realiza.