Parte del camino.

16 Oct

La semana pasada, en medio de la racha de derrotas del Unicaja, teníamos a la vez ganas y temores en el partido del sábado frente al Joventut de Badalona. Ganas, porque creo que la sensación mayoritaria es que este equipo tiene gran parte del crédito intacto aún, y temores, porque el rival, más allá de caer frente al Barça en la primera jornada, había cumplido con solvencia el resto de partidos en ACB, aunque en Eurocup arrancó con derrota en casa y casi milagro en el partido de Ljubljana.

Naturalmente que había ciertos nervios, o al menos, esa confianza total y absoluta que se tenía en el equipo quedaba algo disipada porque el ADN propio lo lleva impreso y porque se podía pensar con lógica, que aún falta para que el conjunto malagueño esté al nivel máximo de rendimiento.

O al menos, eso es lo que se espera, porque el sábado disfrutamos de un gran partido, sobre todo para el espectador. Buen partido además porque cada miembro tuvo la oportunidad de seguir afinando el rendimiento, tanto jugadores, como entrenador, incluso diría que la afición aprovechó para dar el paso que le hace falta a la competición para traer de vuelta a la versión de la temporada pasada.

El mismo entrenador comentó en la rueda de prensa del sábado que lo del partido frente al Joventut fue sólo eso, un partido. No creo que sea un punto de inflexión y que ahora el Baskonia comience a temblar esperando al Unicaja. Los de Joan Peñarroya, tras solventar la visita a Zaragoza, tienen que recibir a Bayern Múnich y a Zalgiris Kaunas antes de ocuparse de la vuelta de Ibon Navarro a su casa.

Cosas nada tranquilizadoras o al menos con peor cara que el viaje que tiene Unicaja a Hungría para enfrentarse al Falco Vulcano Szombathely, que no va a ser un viaje de placer, ni unas vacaciones pagadas, pero tirando de lógica, debe ser el rival con menos complicación del grupo de la FIBA BCL. Además, el aliciente del partido viene también de la mano de la presencia obligatoria de Mario Saint-Supéry en la convocatoria cajista, ya que es necesario contar con cinco nacionales al menos, cosa que en la Liga ACB queda reducido a cuatro, por lo tanto, junto al niño, como le denominan en el vestuario, estarán seguro Alberto Díaz, Nihad Djedovic, Yankuba Sima y Jonathan Barreiro. A partir de ahí, la convocatoria tendrá un descarte obligatorio entre el resto de la plantilla.

Que el joven canterano esté en la rotación tampoco ha de tener como obligación que tenga cuarenta minutos de cancha en el partido de mañana, pero está claro que entre los seis encuentros de la primera fase de la competición europea tiene que estar la oportunidad más tangible para que la pertenencia a la primera plantilla del internacional en categorías inferiores se justifique, más allá de los beneficios por el pasaporte.

Con el tema jugadores canteranos, ahora podríamos abrir un debate extenso, con soluciones muy alejadas de las mágicas que mucha gente pretende haber encontrado parapetado en un teclado, y que en muchos momentos son válidas hasta que la familia del chico se lo lleva a otro equipo o tiene una lesión desgraciada (cosas que han ocurrido hace no mucho en la cantera cajista). Lo cierto es que más allá de lo que no es gestionable, tal vez la cosa pase por tener claro que la normativa actual es la que han querido los equipos y que, en cierto modo, hay que hacer que el club sea todo lo atrayente que pueda llegar a ser, para que, aparte de la identificación de la grada con el primer equipo, pertenecer a la cantera del mismo se vea como la mejor opción para poder el día de mañana encontrar el camino a la élite. Todo ello sin tener en la cabeza la canción «America» de West Side Story en categorías más que tempranas.

A poco que se sigan las selecciones de categorías inferiores españolas, Mario Saint-Supéry es por mérito propio el mejor proyecto dentro de la cantera del Unicaja. Si se observa, muy pocas piezas están formando parte activa de la Liga ACB, tal vez Mario esté yendo en consonancia con la trayectoria del equipo, que necesita seguir dando pasos para acceder al nivel de forma que requiere dónde se quiere estar, pero como todos están en el inicio de la competición, se trata de seguir trabajando y recorriendo el camino. Hay tiempo de sobra para poder hacerlo adecuadamente y en forma, empezando mañana mismo.

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