Unicaja volvió a la competición este domingo en Sevilla con una nueva oportunidad de retomar el camino de la clasificación para la Copa del Rey de Granada, partido frente a uno de los peores equipos de la liga (según clasificación), y que ha gastado en nada de tiempo los cartuchos vitales que suelen tenerse para intentar cambiar el errático rumbo de los equipos en crisis.
El Coosur Real Betis tapó las salidas de Marko Todorovic y Khadeen Carrington con las llegadas de Anzejs Pasecnicks, Eulís Báez y Aleksandar Cvetkovic, y en el banquillo llegó el cambio de Luis Casimiro Palomo por Joan Plaza, todo esto con unas declaraciones del catalán de ésas que casi enredan más que aclaran las causas de su cambio.
Lo cierto es que el equipo sevillano está abajo por méritos propios, tiene buenos jugadores, algunos de gran currículum, pero no demuestran las cualidades que les valió para tener ese estatus, no defienden, y la plantilla tiene momentos de juego realmente malos.
Esto, sobre el rival del domingo, ¿o vale también para el Unicaja?, porque aparecen muchas coincidencias entre ambos equipos, que perpetraron un atentado al baloncesto de primera fila, porque presuntamente disputaron un encuentro en el que el Unicaja igualó el número de victorias y derrotas en ACB y siguió recorriendo el camino para jugar en Granada en Febrero, pese a la victoria, durante la retransmisión pedí disculpas si algún amigo mío se acercó a ver el partido, pensando que lo que a mí me gusta se parecía a “eso” del Pabellón de San Pablo.
Unicaja tiene un problema serio, a estas alturas de la temporada, la imagen que da es la misma de equipo en construcción que daba en septiembre, con problemas en el reparto de roles importantes, con designación de galones a jugadores que contaminan más que aportan al equipo, y con una rotación que en muchos momentos no se entiende.
A ver, quizá el principal problema que puedo ver aquí es que podemos volver a hablar de lo que llevamos hablando desde el inicio de la temporada, podemos repetir lo de la calidad y el talento que tiene el equipo por fuera, pero lo inofensivo que es el juego interior, que defensivamente es mejorable en muchos de los integrantes del equipo, y que se depende de lo que aporte el núcleo duro de los nacionales, y que la plantilla es mejorable, pero con un par de retoques.
Sinceramente, creo que eso ya lo escribí en septiembre u octubre, pero está tan de actualidad que podría ser un análisis sobre la última imagen que trasladó el equipo, y lo cierto es que es descorazonador.
Esto aburre y cansa, porque me resisto a creer que haya jugadores en los que su evolución natural sea ir hacia atrás en su rendimiento, no quiero pensar que a Fotis Katsikaris se le haya olvidado cómo hacer un equipo de un grupo que por momentos parecen unos colegas jugando un solteros contra casados en una cancha de cemento de cualquier barrio, ya saben, unos pocos con gesto de cabreo, dos o tres que se las tiran todas, varios voluntariosos en su esfuerzo, pero que juegan porque tiene que haber diez, y otros que son los que le dan cierta lógica a lo que hacen, pero que se ven arrastrados por una ola enorme de mediocridad.
Entre los dos partidos aplazados del Río Breogán, el que le falta al Joventut y la victoria en Sevilla, el Unicaja está a sólo una victoria del cuarto clasificado, pero todavía fuera de los ocho primeros, y si alguien cree que jugando de esta forma el equipo está en el sendero correcto para conseguir algo que no sea descender, me gustaría que intentara vendérmelo, que parece que es lo único importante ahora, lo que veo, no me hace creer para nada en este grupo, y de verdad, me encantaría equivocarme.
Y lo digo porque la clasificación está complicada porque la ACB de este curso tiene una clase media muy mejorada, o al menos, muy competitiva, y este Unicaja viene adoleciendo de fiabilidad y de solidez desde hace mucho tiempo, la definición que me viene a la cabeza es que este equipo puede ganar a cualquiera, pero es capaz de entregar un encuentro al rival que tenga delante, por pobre que pueda ser. En situaciones de problemas clasificatorios, siempre se suele decir que lo mejor que puede ocurrir es que no se dependa de terceros equipos, para este Unicaja tengo serias dudas si eso sería una ventaja, de momento no lo parece, y si se quería cambiar algo en el equipo, ha habido un momento preciso con las ventanas, pero tampoco sé qué pieza hubiera sido necesario mover.