Necesidades.

28 Sep

Ha cerrado el Unicaja la primera semana de competición con dos derrotas consecutivas ante los equipos canarios, una de ellas fuera de casa y la otra en Málaga. Pretender que el equipo funcione desde el inicio de la competición es una entelequia, pero la decepción acumulada de varias temporadas atrás hace que las expectativas y la ilusión necesiten que el rendimiento de todos esté muy arriba desde el primer balón que se lance al aire.

En pleno proceso de inicio del curso, lo que llevo visto estos pocos partidos, saco de entrada una conclusión: este equipo está falto de instinto asesino, al menos ahora. Tengo mis dudas si eso se puede adquirir con el avance de las jornadas, pero, a día de hoy, por las razones que sea, no lo tiene.

No es ánimo de ser lapidario a la hora de opinar, y como todo no tiene por qué ser malo, veo al equipo mejor que la temporada pasada (tampoco era tan complicado). En el partido de Tenerife, si el lado negativo fue que no remató a un rival que tampoco estaba a tope, no hace mucho se hubiera dejado de ir viéndose por detrás en el marcador, cosa que no terminó de hacer, estando hasta el último instante dentro del partido.

Con respecto a ambos partidos, la idea inicial es que cualquiera de esos dos rivales están en un estatus superior al equipo malagueño. Sí, todo el mundo podrá decir que siempre han estado atrás, de hecho, dudo mucho que el presupuesto actual sea inferior a cualquiera de ellos dos, pero lo cierto, es que la plaza del Unicaja es algo que tanto Lenovo Tenerife como Gran Canaria ya tienen actualmente en propiedad, que recuperar lo perdido sea más pronto que tarde es algo que está en la mano del equipo. Para ello, tan sólo tienen que hacer lo que se presupone que son capaces y apartar del camino a los rivales que encontraron la forma de aprovecharse de las facilidades que los cajistas, al paso de los años, han ido dando para apartarse de la élite de la Liga.

No va a ser nada fácil lidiar con las lesiones, como las que de momento han dejado fuera de competición a Darío Brizuela o a Carlos Suárez. Está claro que el donostiarra es importante, pero el madrileño, aunque haya sido una constante sus ausencias en los inicios de los últimos cursos, se le echa mucho de menos, entre otras cosas, porque uno de los refuerzos de este año, Jonathan Barreiro está fuera de su sitio, dejando a Axel Bouteille sin competencia en la posición de alero, porque el gallego está tapando la ausencia del jugador de Aranjuez. La poca fiabilidad física del capitán es un hándicap elevado, pero esto es lo que hay y con ello hay que contar.

La ausencia de Darío Brizuela tiene otros aspectos a tratar, señalado como la principal arma ofensiva del equipo, anda sobrado de talento cara al aro, y parece propietario claro de la plaza de escolta titular, pero con su vuelta, que se espera sea pronto, hay que encajarlo junto con una línea exterior con piezas similares y que aún están buscando su sitio.

Hemos visto a Alberto Díaz intentando ser el que era, Francis Alonso queriendo demostrar que es jugador ACB a todos los efectos, Jaime Fernández siendo hoy en día la mejor noticia porque parece haber dejado atrás los problemas físicos, y un Norris Cole que parece el interrogante mayor de esta plantilla. Hablo de interrogante y no pongo en duda ni su capacidad ni su validez, pero no sé si es el jugador que pueda dirigir al equipo, o si merece desde ya tener galones de importancia en el grupo. Un tipo con dos anillos NBA en su poder tiene un crédito al alcance de muy pocos, sobre todo porque no fue una participación testimonial, pero no sé qué se pretende de él y si va a tomarle el pulso a los rivales todo lo rápido que requiere la competición. Capacitado para aportar carácter en la cancha, puntos al equipo y consumir tiros decisivos, aunque luego entren o no, no puede procurar exhibiciones de los rivales, como ocurrió con Bruno Fitipaldo en Tenerife, ya que esto deja de lado muchas cosas buenas que pueda aportar.

Todo ello mientras se echa de menos un director de juego que complemente a Alberto Díaz, que el instinto depredador sea una cualidad real, y que la solidez que se busca, aparezca de una vez. No es imprescindible que sea ya, pero la historia, los rivales y todo el trabajo mal hecho de hace tiempo, va a hacer necesario que se resuelva pronto. Primera oportunidad, el UCAM Murcia, rival que, como tantos, antes se veía desde arriba y ahora es tan difícil como duro y complicado. Espero de entrada, que este pequeño tour de Fotis Katsikaris ante algunos de sus exequipos, tenga ya una victoria.

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