El Unicaja tiene ante sí una carrera con una docena de paradas antes del final de la Liga, para poder ver si disputa el play off o no.
La situación del equipo malagueño y su evolución durante la actual temporada 2020/2021 ha provocado que tirando de lógica, la pelea se vaya a centrar como mucho en poder entrar en las eliminatorias por el título, o alcanzar una posición que va a estar fuera de los cabezas de serie.
La trayectoria de la temporada ha ido poniendo al equipo de Los Guindos en una situación que, por conocida, no deja de ser incómoda, no cumplir con lo mínimo presupuestado en el inicio de temporada.
Lo mejor que se puede decir a día de hoy de un equipo con problemas de rendimiento, de dirección en cancha y de lesiones es que parece que las decisiones tomadas últimamente han surtido el efecto deseado, teniendo claro por parte de todos que la llegada tanto de Fotis Katsikaris al banquillo y Malcolm Thomas a la cancha han colocado al equipo en la senda adecuada.
Esta semana se presentan dos compromisos diversos: la visita al Barça, y al Monbús Obradoiro. Un equipo peligroso por estar arriba y entre los mejores de Europa (el primero) y otro también peligroso (el gallego) por estar en problemas clasificatorios y con dificultades para mantener la categoría en la ACB.
El partido que disputó el sábado pasado ante el Gran Canaria creo que puede ser reflejo de lo que nos queda por ver, un partido trabado, con momentos buenos, pero que el acierto ajeno y los desaciertos propios casi provocan un disgusto. Pero al final -sin jugar especialmente bien- se ganó un partido de los complicados, y viendo lo que queda hasta el final de la Fase Regular, no creo que vayan a variar mucho los otros partidos que quedan.
Al Unicaja, en esa docena de encuentros, tiene que enfrentarse a los cuatro cabezas de serie actuales, más Hereda San Pablo y Joventut de Badalona. No va a ser nada fácil, sobre todo porque el conjunto malagueño no se ha quitado todavía de encima la vitola de equipo abordable por casi cualquier rival. Cualquiera de los contrarios que vaya a tener en frente va a pensar que no es un enemigo inalcanzable.
Mientras tanto, hay jugadores que han agradecido el cambio de técnico. Que tanto Adam Waczynski como Axel Boutelle parecen otros con respecto a la llegada del entrenador griego es un hecho, con el francés además, se tiene la idea que aún no tiene señalado el tope de rendimiento que puede alcanzar. No sé si el lenguaje gestual que transmite ha hecho que las cualidades negativas ya sean conocidas o si su irregularidad, algo por otro lado generalizable al resto del plantel, ha hecho que salvo destellos puntuales haya dejado más de un momento gris con la camiseta cajista.
De momento, estamos viendo a este equipo jugar con las ausencias que las lesiones le obligan. Como de todas formas, esto es algo tan consustancial a la competición, si los lesionados se recuperan y se integran en el grupo, mejor noticia. Lo que creo que debe ser una constante es la búsqueda de la solidez y la regularidad en el rendimiento del equipo, el haber llegado tan tarde el cambio que estaba claro que era necesario, ha provocado que los tiempos hayan dejado demasiado en precario la situación de una plantilla que seguro que podía dar bastante más de sí en origen, y que con el cambio de Malcolm Thomas por Volodymyr Gerun está ostensiblemente mejorada.
Esta es la situación actual, ya que una hipotética clasificación para el play off va a obligar a un cruce con Real Madrid o FC Barcelona con casi toda seguridad, tampoco estaría de más que ya se empezara a pensar en planificar la temporada próxima, pese a lo visto en momentos de este año, hay jugadores muy interesantes, y ahora mismo, el entrenador actual, como he puesto en su momento, es uno de los que le conviene a este club.