Todo es diferente.

Si calificamos este tiempo, creo que tendría que ser, al menos, «peculiar»; si nos da por ver lo que podemos esperar de la temporada 2020/2021, hay que poner en cuarentena muchas cosas que en cualquier otra circunstancia seguro que ya estarían resueltas. Además, pensar qué modificaciones van a verse sólo es cuestión de tiempo.
Aparte de la incertidumbre que hay sobre la temporada próxima en cuanto a competiciones, con independencia si éstas son nacionales o continentales, lo cierto es que el mercado está sufriendo, y a base de bien, las complicaciones que se viven.
Si nos fijamos en lo más cercano, aunque el grueso del trabajo del Unicaja en materia de fichajes se realizara el pasado curso, tenemos las lógicas quejas por la parquedad de refuerzos, y es que no hay que dejar de pensar que dudar sobre el juego interior es más que normal.
Si se observa cómo se está moviendo el mercado de trasvase de jugadores, se ve la influencia de la crisis. Entre los equipos de Euroliga, tanto Real Madrid como FC Barcelona van a un paso muy lento, de manera muy distinta a años anteriores. Que los blancos tengan sólo dos refuerzos (Alberto Abalde y Alberto Alocén, aunque el base aragonés ya fue fichado el pasado año) y que los azulgrana sólo hayan añadido al internacional griego Nick Calathes llama la atención, toda vez que tras la temporada anterior necesitan mejorar resultados.
En un vistazo a los sueldos de los jugadores mejor pagados en la Euroliga, llama la atención que los que ocupan las posiciones más altas Nikola Mirotic (3,8 millones de euros) y Shane Larkin (3,7 millones de euros), son jugadores que permanecen en sus equipos. Nikola Milutinov, el nuevo compañero de Tornike Shengelia en el juego interior del CSKA Moscú es el tercero mejor pagado, con 2,5 millones de euros y el primero entre la élite que cambia de equipo.
Mike James y Alexei Shved, cobran lo mismo que el ex jugador de Olympiacos y completan las cinco primeras posiciones en cuanto a salarios de jugadores que participarán en una Euroliga que no terminó el año pasado y que no se sabe qué destino tomará para el curso próximo.
Que los otros equipos españoles tengan cuatro (TD Systems Baskonia) y cinco novedades (Valencia Básket) llama la atención, está claro que para hacer cambios en el plantel, se hace por obligación, ante las salidas de los jugadores que han hecho bueno al conjunto la temporada anterior, o por la necesidad de mejora, queriendo aumentar el rendimiento.
Que junto a la incertidumbre que hay sobre la temporada venidera se sume el cambio que ha supuesto el parón y la reanudación en modo burbuja de la NBA para el mercado de fichajes, deja en modo parón realmente importante las transacciones de los principales equipos, que llegue la competición hasta octubre, pudiéndose alargar la postemporada con el draft y la apertura del mercado de fichajes hasta noviembre o diciembre descoloca a ese grupo de jugadores que podían hacer el viaje desde o hacia los equipos de la Euroliga.
Casos como Facundo Campazzo, con más que posible salida hacia la NBA, ahora mismo aparcada sine die, y la contrapartida de Nicolás Laprovittola, el cual tras una campaña muy gris en el Real Madrid, y que parecía poderse redimir a la sombra de la Acrópolis en el Panathinaikos, no se produce de momento porque no hay repuestos de garantía para la exigencia que se lleva por la capital.
Los casos de los dos bases madridistas al final no dejan de ser sino la plasmación del frágil equilibrio de nuestro deporte al más alto nivel continental, que ya haya comenzado la pretemporada con huecos tan enormes en las plantillas. Y que no se vislumbre una solución a corto plazo descoloca.
Pero todo este tiempo que estamos viviendo sólo nos lleva a pensar de manera inmediata, cuya planificación no sólo se queda corta frente a lo que se estilaba, sino que además, los partidos no oficiales ni se sabe de manera cierta si se celebrarán. Sólo nos queda esperar.
El 24/08/2020 a las 16:32, Juan Carlos Bonilla escribió:
Un abrazo, canalla.