Antes de comenzar la temporada 2019/2020, la ACB decidió cambiar el diseño de su web, la mítica página www.acb.com, una herramienta, que más allá de ser la imagen pública de la patronal del baloncesto español era uno de los útiles de trabajo más fiable que había en cuanto a páginas de nuestro deporte.
En septiembre nos encontramos que la web con su nueva imagen se convertía en una decepción de entrada, que como mal menor y como único atenuante se esgrimía que “seguro que mejorará”, pero con el paso de los meses, si me dicen que el COVID-19 afectó al diseño y los datos de la página web, me lo creo.
Seguro que todo el mundo conoce el nuevo diseño y lo compara con el que tenía antes, el disgusto que podíamos tener en un inicio al comprobar que el buscador había desaparecido, lejos de arreglarse no parece que haya intento ni ganas por tener algo tan normal como un buscador en la página, me pongo a pensar y no recuerdo una página que merezca la pena que no tenga posibilidad de comprobar algún dato o una duda.
Da la impresión, y tras el paso de los meses, que una gran cantidad de datos se han ido al limbo, que en una muestra de poco o nulo interés en la práctica sobre mantener la historia y la posibilidad de consultarla, el nuevo diseño me hace recordar aquella colección de “Informática para torpes” que ilustraba el maestro Forges allá por 2007, aunque bien pensado, aquellos divertidos libros sí que tenían material para la enseñanza, lo que vemos ahora en acb.com es colores intensos para captar la atención mínima, un tipo de letra con una fuente generosa en el tamaño, vídeos por doquier y fotos tan grandes que recuerdan los pósters de diosas del celuloide que decoraban la celda de Tim Robbins en la obra maestra “Cadena perpetua”.
Te tienes que convertir en un asiduo de los foros para descubrir trucos y rastrear datos que crees desaparecidos, aunque en realidad es que está todo tan desordenado que dar con ellos es descorazonador o te puedes terminar partiendo de risa, al comprobar cómo en las estadísticas de los partidos, algunos no aparecen, o para confusión del personal, a lo mejor tienen datos de tres jugadores en un equipo, dejando en blanco a los otros cinco que aparecen en la plantilla, pero no contentos con esto, los cinco “jugadores” que aparecen y que según eso no han pisado el parquet, son árbitros, con lo que llevan al extremo aún más la confusión, pueden comprobar el Estudiantes-Caja San Fernando de la temporada 1991/92, en la que aparecen Martín Bertrán como jugador de los sevillanos o a Pilar Landeira, precursora en el arbitraje femenino en ligas masculinas y que abrió el camino a Anna Cardús, Esperanza Mendoza o Yasmina Alcaraz en la plantilla madrileña, llevando el dorsal 13, que seguro que vestía Nacho Azofra.
No es que sea el único partido recreado como si el cuadre de datos lo hubiera hecho un grupo de heavy metal en plena despedida de soltero, es algo que esa temporada es más habitual de lo deseable, y si no fuera por lo penoso que resulta haber perdido tantos datos de algo tan fundamental como de la historia de este deporte, hasta resultaría hilarante.
No es el primer caso que se ve de maltrato de datos históricos a la hora de ponerlos a disposición del gran público, y la verdad es que hemos normalizado ver cómo se pierden fotos o datos, y al final, ni solución, ni responsable del fallo, que en la época de tanto big data y de macro gestión de datos el producto que se ofrezca infantilice al consumidor no parece que hable muy bien de aquellos que tienen que gestionarlo. En Málaga ya sufrimos en su momento la desaparición (por ahora sin solucionar) de las fotos históricas del Unicaja, esta nueva versión de la web de la ACB no sólo hace que se añore la anterior, sino que da la impresión que es de las mejores muestras de improvisación que podemos echarnos a la cara.