Habitualmente se pensaba que la participación en una competición europea era un premio que señalaba a los buenos equipos con respecto a los que había del montón. Es bastante normal oír a entrenadores vanagloriarse de haber vencido a tal o cual equipo de Euroliga, avisar de la peligrosidad de un rival porque juega competición continental o sacar a pasear el currículum de un jugador con varias participaciones en el extranjero.
Ahora, no sé si será una moda pasajera o está para quedarse, por la configuración del mapa del baloncesto europeo, competir contra otros equipos del continente se ve como un problema o como un regalo envenenado, que provoca multiplicar los problemas de los equipos, dispersar esfuerzos y terminar haciendo bueno ese antiguo refrán de «quién mucho abarca, poco aprieta».
Lo cierto es que por Málaga, dejando de lado el debate sobre si el sitio del club está en la Euroliga o su lugar natural está en la Eurocup, ahora la competición continental está siendo la tabla de salvación y el principal apoyo de la gestión del equipo. La actuación del plantel dirigido por Luis Casimiro está teniendo momentos muy grises especialmente en la Liga ACB, donde tiene un balance negativo al completar la cuarta parte de la competición nacional. En la primera fase de la Eurocup, el global que en España es de 4 victorias y 5 derrotas se convierte en un rotundo 6 triunfos frente a un sólo partido perdido.
Apoyarse en la buena imagen numérica del periplo europeo me parece un gran error, alguien podría decirme que si tan «floja» es la Eurocup en su primera fase, cómo es que Lokomotiv Kuban, Cedevita Olimpija o Limoges están pasando las de Caín, estando fuera incluso de los equipos clasificados para la siguiente fase, pero tras ver todos los rivales que los malagueños han tenido en la primera fase, no diría yo que fueran carne de LEB, aunque muchos tendrían dificultades para pelear en los play offs ACB.
Frente a los resultados lejos de España, en la ACB, el Unicaja muestra dos grandes victorias en Valencia o en Vitoria como gran defensa ante derrotas que tienen muy poca defensa, porque aunque el argumento de no estar en el momento decisorio de la temporada para poder darle cierta justificación a algunas derrotas -y sobre todo por la imagen dada en esos partidos-, hace que los dos triunfos ante los equipos de Euroliga pierdan valor, porque está claro, el momento más propicio para vencer a los equipos punteros está en octubre o noviembre, conforme avance el calendario, sorprender a ese tipo de rivales, es casi imposible.
Mientras tanto, el camino muchas veces parece un deambular. De todos los problemas que le puedan haber venido al equipo, dejo de lado el tema lesiones, porque no es algo exclusivo ni original del Unicaja, pero la idea de juego no está implantada aún. Partidos como el de Andorra se ven con demasiada frecuencia, y no sólo bajo la dirección del entrenador manchego, también con Joan Plaza se vieron, pero si el plantel está en camino a tener un patrón de juego, de momento parece lejos de alcanzarlo. Los números enredan más el análisis, puesto que se ha pasado de ser un equipo que en defensa era deficiente y que en ataque tenía muchas maneras de resolver, a ser el que menos anota en la ACB, mientras que está entre los cinco equipos que menos puntos encaja de la Liga.
Todo esto con el arma ofensiva más significada en Josh Adams, que ha frenado su irrupción inicial y que tiene su momento de gloria particular en cada partido apareciendo en los highlights semanales, pero notando demasiado eso de tener que jugar de base por las ausencias de Alberto Díaz y de Jaime Fernández, los cuales no ofrecen los mejores augurios por los problemas físicos sin resolver en cada caso, por la fragilidad de la cura del madrileño, y la repetición de la lesión del canterano, así como la premura que ha tenido para reincorporarse al equipo.
Todo ello hace que recuerde que en pretemporada, reclamaba mucha incidencia del trabajo de banquillo, mayor rigidez táctica y que la figura del entrenador diera menos libertad a la decisión individual de los jugadores. A estas alturas de la temporada, viendo cómo el equipo defiende mejor que ataca me hace pensar que es muy necesario que la figura de Luis Casimiro Palomo tenga mayor presencia.