Se nota que vamos cumpliendo años porque la nostalgia ataca de diversas maneras. Eso de traer a la memoria cosas ochenteras es una constante, algo que en generaciones anteriores también se daba; pero ahora, al contar con las redes sociales, está tremendamente potenciado. Un recuerdo imborrable de la época colegial está en el BIC de cuatro colores. Aún se usa. Y que levante la mano quien no tuvo alguno. A mí me llamaba la atención y de qué manera que una compañera de clase, bastante típica en eso de ser cursi y tener una «edad del pavo» casi eterna, que le daba uso al mítico bolígrafo. Ella iba escribiendo, y con un cuidado que llegaba a exasperar, colocaba las tildes de otro color, los signos de interrogación en otro… así hasta que utilizaba las cuatro tintas que tenía a su disposición. Todo esto estaba muy bien en el planteamiento inicial, pero la realidad lo hacía tan inviable como insoportable.
Yo mencionaba en mi columna anterior mis dudas sobre si el Unicaja que siempre nos ocupa iba a tener el deseo suficiente para poder plantar cara a rivales con la soga al cuello y con el ansia de necesitar vencer para escapar del infierno. El jueves pasado, frente al Montakit Fuenlabrada, estuvo tonteando un buen rato con la derrota, y a poco que los madrileños no hubieran sufrido tantos inconvenientes en forma de personales o sus propios males de configuración básica se hubieran llevado el partido.
Pese a la clasificación para el play off, lejos de ser un motivo de celebración, la situación actual, con cierta crispación en el entorno por el hastío que transmite el equipo no invita a ello. Si ya he comentado que el partido del jueves no ayudó, en el de Murcia, frente a un equipo que estaba conjurado en todos sus estamentos para conseguir la victoria, quedó patente que el Unicaja llega a la parte principal de la temporada sin la fiabilidad necesaria, pendiente aún de tener una solidez que lleva buscando desde el primer entrenamiento y con una atonía en su juego que suscita todas las dudas del mundo.
El sábado recordé a mi compañera y al BIC de cuatro colores. Unicaja inició bien todos los cuartos del partido, llevó casi siempre el timón del encuentro y al final de cada periodo, faltando algo más de tres minutos, el UCAM iniciaba un recorte en el marcador y dejaba los 7/12 puntos que llegó a tener el Unicaja a su favor en nada. El equipo de Luis Casimiro Palomo se aplicaba de inicio, Kyle Wiltjer completó su mejor partido numéricamente hablando vestido de verde y con el paso de los minutos, el equipo iba perdiendo la capacidad de hacer las cosas bien y dejó de defender de forma medianamente aceptable, se dejó de buscar el juego interior y se repetían las mismas decisiones de siempre, ya fuera por acción (insistir en el triple) o por omisión, porque lo del bloqueo del rebote ofensivo en este equipo es tan raro como un torero de raza negra.
Aunque en un partido decidido por tan poco margen hay decisiones arbitrales que de haberse decantado de otra forma hubieran cambiado el curso del encuentro, si el equipo malagueño salió derrotado fue por no ser capaz de rematar a un adversario que tiró de un jugador aglutinando todo el esfuerzo atacante (Askia Booker), que lo hizo mejor cuándo no tuvo que dirigir a su quinteto al tener al lado a Manu Lecomte y que no me extrañó que fallara desde el tiro libre. No en vano no llegaba al 75% de acierto, por lo tanto, que en un tiro tan determinante que conllevaba decidir el partido, el juego interior del Unicaja dejara que pívots de nivel LEB como Emanuel Cate y Dino Radoncic les comiera el terreno es muy grave, sobre todo porque en la jugada anterior, hubo hasta tres oportunidades continuadas del Murcia para anotar. Así pues, no puede extrañarnos los 19 rebotes de los de Sito Alonso.
Podemos decir de la sobreexcitación local a todos los niveles, del claro empujón a Kyle Wiltjer en la última jugada y que el Unicaja sólo perdió un cuarto, pero visto todo esto, ¿se ve factible arreglar esto de una sola vez en el play off? Si alguien piensa que este equipo va a transmutarse por dejar atrás la Fase Regular y jugar las eliminatorias, espero que lleve razón, desde luego sería una muy buena noticia, pero lo veo complicado de conseguir.
El BIC de cuatro colores.
14
May