Dentro de la historia particular del Unicaja, muy pocos no incluirían a Sergio Scariolo como uno de los integrantes más importantes del club en su tiempo reciente, del entrenador italiano se puede quedar uno con muchos detalles, pero la capacidad que tenía de soltar frases que paraban en seco al que preguntaba era importante.
Puestos a recordar hay muchas ocasiones, pero aparte de aquello de “es una pregunta de periodista de barra de bar”, situación que recibió un compañero en su momento, yo me quedo sobre todo con ese galardón acuñado por él cuándo manifestaba la duda de recordar al campeón del mes de noviembre y la importancia real que terminaba teniendo ese trofeo ficticio en el palmarés de un club.
Aquí, que somos mucho de lanzar las campanas al vuelo a la mínima ocasión, ahora puede darse el caso porque el equipo que ahora entrena Luis Casimiro Palomo no lo está haciendo mal y está desarrollando un juego que en buena lógica ha de enganchar a los aficionados habituales y a los que de manera esporádica se acerquen al Martín Carpena.
Sin perder de vista que aún no hemos llegado ni a noviembre, y que hay muchos aspectos que reclaman mejoras por parte del equipo, reconozco que de momento estoy gratamente sorprendido de lo que veo, ni euforia, ni nada que se le acerque, sigo pensando que en diciembre hablaremos, para final de este año, el Unicaja habrá jugado ya treinta encuentros, incluyendo en ellos los seis de pretemporada, y tendremos una idea mucho más aproximada del lugar dónde colocar el nivel de exigencia de este grupo.
Aparte de todo esto, he reconocer que una de las sorpresas más gratas de lo poco que llevamos visto es el caso de Jaime Fernández, no sólo por lo que podemos llevar visto en la docena de partidos disputados, sino por el devenir del jugador, desde dónde partía y qué puede llegar a ser.
Con el madrileño se da un caso bastante común, es un chico que en categorías inferiores lo ha hecho muy bien, al ser de la capital y de una cantera ilustre como la de Estudiantes, ha tenido una repercusión que en muchos momentos ha ido más allá de los medios exclusivos de nuestro deporte y ha saltado a medios que se dicen deportivos y que reparten su contenido a un noventa por ciento fútbol y el otro diez por ciento a lo que resta, aquí se da la paradoja que, estando en Estudiantes pudo debutar muy pronto, en la temporada 2010/2011, antes incluso de la mayoría de edad, pero la época de penurias que se vive en el club del Ramiro de Maeztu hizo que los siete cursos vividos ahí hicieran parecer que tenía poca capacidad para alterar su situación caso de haber seguido. El año pasado en Andorra, en un sitio que además le permitió jugar competición europea y que está fuera de la atención mediática de Madrid y Barcelona, dio un manifiesto salto de calidad en su carrera y ahora, aún tiene tiempo para mejorar por estar en una magnífica edad para hacerlo.
A día de hoy en Unicaja, lo que antes era indefinición entre base y escolta se ha convertido en riqueza para con el equipo, los riesgos tomados defensivamente hablando son rapidez de manos y peligrosidad hacia el contrario para recuperar balones, de estar muy visto en Estudiantes a ser uno de los “combo-guard” o “swingman” (vaya tela de palabros) de moda y que enriquecen la ACB.
Aquí somos de una manera que ya estamos con que tiene que ir a la selección, pero a la de verdad, o sea, a la que van los “buenos”, como si a la que ha participado en las ventanas FIBA hayan ido los que han ganado un sorteo en una tómbola, pero habrá que ver qué nos sigue dando no sólo Jaime Fernández, también el resto de los que debutan este año con el uniforme verde y aquellos que repiten temporada en Málaga, hay que recorrer un camino que no va a ser fácil como se ya se ha podido comprobar, pero esto es para todos, y si se pretende volver a primera línea, hay que ser todo lo ambicioso y duro que lo requiera el objetivo, mientras tanto, paciencia.
En Málaga somos así.
16
Oct