El traspié de la Copa del Rey acorta los objetivos a cumplir para el Unicaja en su versión 2016/2017, sin esperar un título en ninguna de las competiciones, el torneo disputado en Vitoria tenía de ventajoso ser el menos exigente cara al éxito, con encadenar tres partidos buenos vale, de hecho, el Real Madrid estuvo tonteando con el desastre en los dos primeros y terminó campeón. Nuestro Unicaja se quedó en el primer escalón y ahora afronta la lucha frente al Bayern Múnich, equipo con vitola y anhelos de Euroliga, que parece que tiene mayor predicamento entre la patronal de la primera competición europea y que además de tener a su favor el factor cancha, ha ganado los dos partidos disputados en la primera fase al equipo que entrena Joan Plaza.
Habida cuenta los problemas que esgrime el Unicaja para volver a alcanzar la excelencia de los años dorados, la liga ACB no parece un objetivo mínimamente realizable, así pues, para alcanzar el premio que suponíamos que había de ser innegociable para este año, volver a la Euroliga, poder elevar el título de la Eurocup es la vía más rápida, y para ello el primer paso sería eliminar a los de Sasha Djordjevic.
Es algo repetido que creer en este equipo es un acto de fe, algo que por otra parte se le supone a los aficionados cajistas, no en vano, si hay algo ligado a las alegrías vividas en los últimos tiempos por los chicos de Joan Plaza, llevan anexadas de forma absoluta el acompañamiento de la grada del Martín Carpena.
No admite discusión que el equipo necesita el apoyo de la afición ni que la segunda competición europea no ha calado con la fuerza que requería en el entorno, por eso, no terminé de entender nunca que por parte del club se mantuviera la opción de hacer de pago el partido de playoff frente a los alemanes del próximo viernes, ya no sólo por la necesidad imperiosa de pasar la eliminatoria, sino además por la situación provocada al faltar un equipo en Liga ACB (la negativa del RETAbet.es GBC a su repesca tras el descenso) y otro en Eurocup (al pasar los grupos de seis a cinco participantes por la guerra FIBA-Euroliga), ya que ambos hipotéticos partidos estaban incluidos y cobrados en el abono.
Esgrimir en su momento el tema presupuestario como defensa a la hora de mantener esa postura parece fruto más de la exigencia de un programa informático que de cualquiera que conozca la gestión de un club deportivo y del arraigo que ha demostrado que tiene entre la masa social (mayor o menor), en España estamos acostumbrados a que se nos pisoteen nuestros derechos mañana, tarde y noche, convivir con injusticias a diario, domingos y festivos incluidos, y la respuesta de la gente ante esos atropellos es bastante suave, no he visto ningún Palacio de Invierno tomado al asalto por los indignados, sin embargo sí pude ver en su momento a la gente en la calle en Vigo o Sevilla porque el equipo de fútbol de turno iba a ser descendido de categoría.
El precio de la hecatombe presupuestaria o de la reconciliación y la paz social se había tasado en setenta y tantos mil euros, lo que el club de Los Guindos estimaba que iba a recaudar con el encuentro, se esgrimió la necesidad de no desestimar ese ingreso, pero ya estaba presupuestado, creo que de igual manera tendría que haber estado el coste de los viajes a San Sebastián en ACB y a Skopje en Eurocup y el gasto que suponía abrir el Palacio de los Deportes para esos partidos que al final no se han jugado y que sí están incluidos en el precio del abono, además posteriormente se ha unido a los imprevistos financieros el caso Mbakwe, pero al final, parece que algo de sentido común (cualidad del ser humano, al fin y al cabo) ha aparecido en el día a día del club, y se ha dado marcha atrás.
Ahora mismo, sólo me cabe aplaudir la decisión de la persona que ha dado el paso de no cobrar a los abonados por encima del que decidió seguir adelante con la espartana aplicación del presupuesto, intuyendo que no son el mismo, espero que esta racha de intención de acercamiento a lo que demanda la afición continúe, que no se viva de espalda a la realidad social, que no se siga esa torpe y pobre práctica empresarial de exponer de forma permanente a empleados que, como en los casos de Toñi García o Ignacio Almarcha, sin más argumentos de defensa de la “política de empresa” (o sea, esto es lo que hay), son los únicos que han estado en primera línea ante las reclamaciones de una masa indignada, vamos como ocurre lamentablemente en muchos casos conocidos, teniendo que defender posturas que el tiempo ha demostrado que eran erróneas, o simplemente, que eran manifiestamente mejorables, a tenor del repentino y radical cambio de rumbo observado, si se hubiera creído en ellas, no se hubieran cambiado.
Ahora la necesidad de aportar su granito de arena está en el lado de la afición, ahora es el momento de demostrar si de verdad se quiere a al Unicaja y al BA-LON-CES-TO, si las protestas en redes sociales y ante los empleados del club por la situación que se venía encima y que ha quedado resuelta a tiempo, se convierten en el ánimo que necesita el equipo y se consigue o vencer la eliminatoria en Málaga o volver a Múnich al definitivo tercer partido. Hay muchas situaciones en las cuales las quejas de la masa social son totalmente lícitas, pero ya que se ha paliado mínimamente este tropiezo, hay que darlo todo en la cancha el próximo viernes y apoyar al equipo, tiempo habrá de resolver problemas más adelante con aquellos que realmente los crean.