Está claro que conseguir ganarle al FC Barcelona es algo más que ganar un partido, sobre todo cuando este año la masa social que ha quedado en el Club Baloncesto Málaga tiene mucho de acérrimo defensor de los colores y menos del típico advenedizo que se subido al carro del ganador. Entre dejar la Euroliga y el final de la temporada pasada, creo que los que seguimos viendo los partidos del Unicaja estamos tremendamente concienciados de lo que nos importa este club y este deporte, y por tanto, una victoria frente al equipo catalán sabe muy bien.
Hablando en clave de no aficionado, hay que decir que está bien haber ganado a los de Giorgos Bartzokas porque pese a las bajas sigue siendo un equipo durísimo, el momento era ahora, no en el mes de mayo que estará mucho más caro, así se acerca más el equipo a la clasificación de la Copa del Rey de Vitoria, la moral se lleva un gran empujón, la vuelta tras el parón por los dos descansos consecutivos parece que ha sido correcta y el final de los cuarenta minutos, con la acción en la que le cae la quinta falta a Tyrese Rice y le conceden tres tiros libres a Kyle Fogg es como poco polémico. No me puedo imaginar que hubiéramos puesto en los medios locales o en las redes sociales si quedando una décima y con tres puntos arriba en el marcador se le conceden tres tiros libres al contrario, a mí en el campo me pareció que la acción no era de tiro, y así lo mencioné en la retransmisión de Cope Málaga, pero tras visionar varias veces el vídeo de la acción me veo obligado a rectificar, pero la jugada está ahí y como poco tengo que decir que la fe que ha mostrado el equipo de Joan Plaza no estaba en lo que habitualmente se nos ha venido enseñando.
En la misma retransmisión, el presidente del club hablaba de la paciencia y de ir poco a poco con el equipo, ahí le doy la razón, de nada servirá esta victoria si el domingo próximo, no se vence en el Nou Congost al ICL Manresa o si nos ponemos a pensar en que la actuación de cada pieza del grupo es la correcta, queda un montón de camino que recorrer, y hay tanto que recuperar que la travesía se me sigue antojando larga.
Mientras se van consumiendo etapas, se puede observar que aún en el primer tercio de competición hay jugadores que han llegado y que están para quedarse, gratas sorpresas, gente que aún tienen mucho que aprender y por encima de todo la gratísima realidad que se llama Alberto Díaz, ya dije muchas cosas hace un par de semanas sobre él, pero si el joven pelirrojo se hace merecedor a que las cosas que se cuenten sean buenas habrá que hacerlo. Está a un nivel que su sola presencia justifica la inversión en cantera de un club que ha de utilizarlo para reencontrar una identidad si no perdida, al menos difuminada en algunos años.
Su entrenador habla de no conocerle límites, de compararlo con ese monstruo que es Sergio Llull, de capacidad de mejora y de muchos más retos que se le ponen por delante al malagueño, pero más allá de cuajar una actuación llena de detalles que sirven para apuntalar y solidificar el juego del equipo por encima de la estadística, está a un nivel que por optimista que se fuera, no se imaginaba en su momento que el equipo se encontrara con un base tan fiable en la figura del canterano. Además de Alberto Díaz, lo que viene ofreciendo Kyle Fogg en los últimos partidos es algo a lo que nos apuntamos todos, incluso cuando vuelva Nemanja Nedovic (que digo yo que algún día lo hará, ¿verdad?), conforme el serbio reaparezca, confío que Fogg continúe de escolta muchos minutos como hasta ahora, y no se le reduzca a la posición de base, por lo menos en el concepto armador del juego en lugar de producir desde el exterior, con esos uno contra uno que nos muestra y que domina perfectamente.
Resumiendo, no voy a poner ni una pega, me alegro porque en Málaga se valora mucho ganarle al FC Barcelona aunque sea en la videoconsola, pero además porque ha sido una victoria de carácter, defensivamente el equipo ha funcionado bien, la afición ha respondido (porque el fin de semana estaba de sofá, mantita y película “basada en hechos reales”) y son buenas noticias, pero sobre todo, porque la idea que me llevo es que a todo al que oigo del club, habla de progresar poco a poco, siguiendo una pauta y tener claro que sólo es un paso más, la buena noticia es que es en la dirección correcta.