Hay constantes que se van repitiendo para el Unicaja bajo el mandato de Joan Plaza, todos tenemos algunas en la mente: que defensa, que ser competitivos, que juego de conjunto, que si jugadores brillantes pero ninguna estrella… muchos y variados que responden a un patrón, pero esta temporada, tal vez de lo poco que se pretende que siga engarzado a la anterior, hay uno que parece haber irrumpido y parece tener visos de ser uno de los puntos fuertes del equipo este año, la importancia de Nemanja Nedovic.
El balcánico que ha tenido una puesta en escena realmente importante esta temporada, parece que está llamado a ser el líder del conjunto malagueño para este curso, recién renovado, lo que se intuía en el momento que se firmó y que mostró con cuentagotas, principalmente en el último tramo de la temporada pasada, ha dado indicios en el arranque de ésta que volver a la NBA no es un objetivo descabellado para el ahora escolta del equipo malagueño.
Si bien queda todo un mundo para ver el desarrollo del equipo -y por ende de sus miembros este año-, la apuesta realizada por el internacional serbio está cumpliendo las expectativas. Esta apuesta, con cierto riesgo, nos está dejando momentos de baloncesto realmente plástico, muy bonitos de ver a nivel de espectador y que puede que no asegure títulos, pero la idea de ver al Unicaja como un equipo vinculado a un grato espectáculo no es ninguna rareza.
El entrenador se ha encargado de dejar claro que el equipo está lejos del objetivo de rendimiento fijado. En gran medida viene por la necesidad de integración de piezas en lugares fundamentales, sobre todo para que sean piezas maestras del juego de conjunto, como son las posiciones de base y de pívot, y ahí el cómo vayan desarrollando su integración tanto Oliver Lafayette cómo Dejan Musli son capitales, pero el momento actual y lo que viene ofreciendo Nemanja Nedovic es la mejor noticia del arranque de curso.
A Nedovic le conocemos unos pocos de inconvenientes, por lo tanto no voy a descubrirlos, pero si este chico fuera perfecto, no hubiera llegado a Málaga, o no seguiría, no es más que el reflejo del baloncesto actual, el cual endiosa con una facilidad pasmosa a cualquier estrellita que haga algo medio bonito en categorías inferiores, después los agentes hacen el resto y la competición termina colocando a cada uno en su sitio. El serbio del Unicaja es muy bueno, no admite discusión, y aunque no es una estrella de dimensiones siderales, no ha jugado sus mejores treinta partidos aún, creo que están por llegar y espero que sea con la camiseta malagueña.
Lo bueno que hay con respecto a Nedovic no es eso de “vamos a aprovecharlo antes de que se marche”, como en los casos de Mindaugas Kuzminskas o Jayson Granger anteriormente, sino que desde el banquillo se ha dejado claro que la situación habitual en este equipo de liderazgo vacante, está para que el antiguo jugador de Golden State la ocupe y la haga suya, parece que las intenciones no van muy desencaminadas, el galardón personal de MVP de la jornada pasada no hace sino refrendar esa idea.
Plantearse las necesidades del equipo, si hay que mejorar esta u otra posición es algo que se hace de forma casi permanente, la temporada está simplemente empezada y cualquier apuesta que se realice va a ser prematura, tras cuatro partidos y a punto de empezar otra competición, las malas noticias están en la lenta adaptación de Kyle Fogg o Adam Waczynski porque Hamady N’Diaye aún no ha deshecho el equipaje, pero el resto de los nuevos parece que van tomándole el pulso a la exigencia de la competición y del equipo.
¿Será suficiente?, me gustaría que se verbalizaran los objetivos y ver dónde quiere o puede llegar este conjunto, mientras tanto, la mejor noticia es comprobar que hay alguien con visos de ser importante, lo que no quita que puedan aparecer otros, mientras tanto, el primer lugar está siendo ocupado por Nemanja Nedovic, y es una buena noticia.