Tras un breve espacio de tiempo, con un descanso que me ha resultado útil para observar los sucesos que pasan alrededor de nuestro deporte, estoy otra vez por aquí.
Este verano ha supuesto repetir cita con el Equipo Nacional, no sé si como hablaba en la última columna previa al parón vacacional la generación dorada dejará de vestir de rojo, o seguirá ejerciendo magisterio, pero otra vez no han defraudado. He vuelto a observar la nueva reconstrucción del Unicaja, con un Joan Plaza que tiene ante sí algo novedoso: encabezar la resurrección de un proyecto que él ya comandaba antes, algo que no es habitual en el devenir profesional del entrenador catalán. Por desgracia, vuelvo a tener ante mí la mala sensación que me produce la dirigencia en general del baloncesto, ya sea en España como en Europa y no sé si será la depresión postvacacional, la edad o el hartazgo, pero como que me pilla cansado.
Este verano tenía de original ver cómo el Unicaja afrontaba ante sí algo crucial y totalmente nuevo para casi todos los que mandan en el club de Los Guindos, afrontar la devaluación del proyecto al estar fuera de la Euroliga y formar parte de una segunda competición que pierde valor cada minuto que pasa. En la guerra Euroliga-FIBA, pese a haber oído la oferta de la federación tras la afrenta plena de desprecio regalada por Bertomeu & Friends, Eduardo García no ha dudado nunca en respaldar al lobby de los equipos continentales aún sin estar entre los elegidos por el amo del recreo, lo que ocurre, es que intentar controlar qué va a pasar en el baloncesto europeo fuera de las selecciones es apostar para fallar con toda seguridad, salvo el club de los poderosos, que además, ante la “tiesura” imperante, cada vez está más reducido, todo son problemas e incertidumbre.
Ambos estamentos (Euroliga y FIBA) intentan acaparar para su causa al mayor número de adeptos, con actuaciones más o menos dignas de crítica. Por parte de la Euroliga se atrae a clubs con promesas futuras, acuden voluntariamente y en masa, pero se les fideliza (mejor, encadena) con contratos largos en el tiempo para evitar fugas posteriores que de facto sólo sirven para los que juegan en ese patio de los mayores que es la Euroliga, porque la segunda competición –esa Eurocup que iba a hacer palidecer a la Basketball Champions League rival- se parece cada día menos al proyecto inicial, eso sí, la asamblea extraordinaria de la semana pasada ha llegado a la conclusión de que “seguimos siendo los más guapos, pero hay que hacer algo”, a este paso, alguno de éstos termina de ministro. La FIBA usa a las federaciones para amenazar con sanciones si no se sigue el camino correcto, visto desde fuera, es para que las tres competiciones continentales armonizaran sus páginas web y al abrirlas sonara el tema central que hizo Nino Rota para El Padrino, nada disparatado si se recuerda la foto de los dos últimos presidentes (actual y anterior) de la FEB en los Juegos Olímpicos de Río. Flaco favor para la incipiente carrera como dirigente de Jorge Garbajosa recordar ciertas amistades.
Esto ocurre la temporada que el Club Baloncesto Málaga ha dado un volantazo al quedarse por voluntad propia sin equipo en la competición LEB y la aportación de Manolo Rincón se ha visto reducida a respaldar las categorías inferiores hasta Liga EBA, afronta una obra de enormes dimensiones en las instalaciones de Los Guindos que trastoca cualquier planificación, y con respecto a la cantera quiere ir hacia algún sitio, pero no se sabe hacia dónde, tras estar en brazos de los agentes que lo mismo te colocaban un africano, un sudamericano o uno de la antigua Yugoslavia (y que al final prácticamente no tenían influencia en el primer equipo), ahora alguien dice que no hacen falta, aunque se quiere competir frente a otras canteras que sí que tienen extranjeros, pero hay que afrontar también que chicos malagueños que no sólo se van a una universidad americana, en edades mucho más tiernas se van otros equipos, aún con menos caché y menos nombre que el existente y del que se presume en la Avenida Gregorio Diego. Digo yo que tener claro para qué se quiere la cantera (producir jugadores o ganar campeonatos infantiles o cadetes) debe de estar al margen de lo que diga el primer entrenador, sobre todo si se presume de club de formación.
Muchos y diversos frentes planteando problemas muy diferentes a los que tuvieron que plantar cara Paco Moreno (DEP), Alfonso Queipo de Llano y José María Martín Urbano cuando en 1977 nos consiguieron iniciar la primera de cuarenta temporadas con el nombre de Sociedad Deportiva Caja de Ronda empezando un camino largo, que ha tenido éxitos, decepciones, víctimas inocentes y daños colaterales, pero que mantienen a algo más que al club en exclusiva en la pelea por estar ahí arriba, dónde llegan pocos.
Aunque alguien pueda pensarlo, de depresión postvacacional nada, como ocurre en el lugar de trabajo, los compañeros, quienes están contigo en el día a día hacen llevadera y soportable la vida por pesada que pueda parecer, y así, gracias a los apoyos diarios sigo con más ánimo, no pensé nunca que iba a ser capaz de iniciar mi octava temporada escribiendo en La Opinión. Gracias a todos, a los que confiaron en mí y siguen haciéndolo, a quienes me leen, a quienes me critican y sobre todo a quienes me apoyan, nada sería posible sin ese empuje.
Ya tocaba, estabamos esperando los articulos, una vez mas das un amplio repaso a este largo pero largo verano que hemos pasado sin baloncesto, veremos que temporada nos espera, estamos deseando ver al equipo en el carpena, saludos paleños de un señor que vio al equipo jugar en tiro de pichon tendria yo por aquel entonces diez o once años, como pasa el tiempo.
Muchas gracias, es un placer volver a estar aquí, un saludo.