Aunque tenemos en puertas una noticia algo más que importante en la historia reciente y para el futuro inmediato del Club Baloncesto Málaga como es la renovación de Joan Plaza, con el cierre virtual de la plantilla, ahora lo que toca es ponerse en versión selección.
Esta semana comienzan los partidos de preparación del Eurobásket que va a jugarse entre Montpellier, Berlín, Riga y Zagreb en su primera fase y en Lille en la parte final. Para este importante reto, sobre todo porque hipoteca el billete para el premio que supone acudir a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, la FEB ha montado la habitual feria que lleva a los chicos de Sergio Scariolo por la geografía española, a lugares en su mayoría sin baloncesto ACB y que ahora han de conformarse con un partido en verano, con un rival de un nivel “justito”, por ser benévolo y acudir como espectadores agradecidos por el favor que el alcalde y la federación de turno les conceden graciosamente.
Hasta final de mes, España va a jugar en Gijón, Santander, Burgos, Madrid, Logroño y Zaragoza frente a rivales entre los que están Bélgica, Polonia, Angola o Senegal, Venezuela, Macedonia o Chequia. De las sedes, me llama la atención Burgos, que tras conseguir tres ascensos consecutivos a ACB no materializados en los despachos, en la capital castellana se han quedado sin baloncesto en la élite, ya que el Ford Burgos no va a competir ni siquiera en LEB, pero han de conformarse con la consolación un partido ante Venezuela, algo cruel bajo mi punto de vista.
De los rivales tengo una idea. Veo más que improbable que belgas, polacos macedonios o checos estén entre los clasificados hasta para el preolímpico, es más, dudo mucho que si en lugar de veinticuatro equipos fueran dieciséis como ocurría antes, se hubieran metido en la fase final.
¿Realmente es adecuada esta preparación? El estado de la selección ha deparado unos resultados, que salvo contadas ocasiones, admiten muy poca discusión en los últimos años, pero aunque este año no está Juan Antonio Orenga para resultar el culpable de todo (simplemente sería más correcto calificarlo como no cualificado para el objetivo a cumplir), el campeonato a disputar es muy complicado, con muchos rivales de primera fila que van a pelear por las dos únicas plazas que dan el billete directo a Brasil. La otra opción es quedar entre el tercero y el sexto para jugárselo todo por el todo del 4 al 10 de julio del año que viene, donde los cuatro primeros cogerán los últimos billetes para la cita olímpica.
A lo complicado del torneo, hay que sumar los inconvenientes habituales y que en España prácticamente no se han notado últimamente: las ausencias, algo más que familiar en el resto de selecciones y que aquí han tenido muy poco impacto, de hecho, jugadores como Fran Vázquez o Carlos Suárez no han formado parte del equipo nacional y no se les ha echado de menos, a pesar de haber tenido sitio, aunque este año repitan ausencia, habrá que pensar lo que puse aquí hace unas semanas: mejor para el Unicaja. Que gente como José Manuel Calderón, Juan Carlos Navarro, Marc Gasol o Serge Ibaka no esté con la selección no es una buena noticia, pero creo que sí que hay equipo para poder pelear por la que puede ser la última opción para la dorada generación del 80, algo que ciertamente no creía yo que fuera posible, poder alargar la presencia de los “Juniors de Oro” hasta la cita del 2016.
Ese ente que es la FEB, autodenominada como “empresa de servicios” por el presidente José Luis Sáez que parece ejercer también como portavoz, director deportivo y mejor publicista de todos los que los rodea, se enfrenta a una gran prueba, la enésima, además el problema de tener que afrontar una disputa feroz con un premio escaso y caro, pero con la necesidad además de darle una salida digna e igual de gloriosa a la mejor generación de nuestro deporte en la historia.