Esta pasada semana, junto con la celeridad para intentar cerrar la plantilla del Unicaja que hemos ido viendo, se ha celebrado el sorteo de las dos competiciones europeas. Tras el pasado jueves se conocen los contendientes tanto en Euroliga como en Eurocopa.
Hablar de los rivales del Unicaja para la próxima Euroliga no creo que aporte mucho, sobre todo tras el gran artículo de Fali Guerra del pasado viernes en el que desgranó perfectamente los equipos que van a enfrentarse a los chicos de Joan Plaza a partir de octubre.
Cierto es que la gran mayoría de equipos están por detrás de los malagueños a la hora de cerrar sus planteles, y aunque a fecha de hoy falta concretar el fichaje del segundo pívot (¿Loukas Mavrokefalidis, Marko Todorovic u otro?) y asegurar los dos veteranos de complemento, que se desea tanto por club como por entorno que se resuelva la continuidad de Jon Stefansson y Germán Gabriel, creo que vamos a tener tiempo de hablar sobre la plantilla, porque, aunque la confección de la misma tenga el beneplácito del entrenador, y eso ahora mismo en Málaga es “palabra de Dios”, situaciones como los bases o la situación en cancha de Carlos Suárez seguro que darán juego durante la temporada.
Aunque en la configuración actual, lo que va a contar va a ser la evolución del equipo entre diciembre y febrero al menos para ACB y Copa del Rey, en la Euroliga todo vale desde el principio, con el nuevo estatus del Unicaja y su pérdida de la licencia A, es importante al menos repetir el inicio del pasado curso, conseguir los puntos que se van a ir sumando para posteriores evaluaciones y reparto de licencias, que dicen que el criterio será el rendimiento de los equipos en las competiciones europeas durante los últimos tres años. Cada club recibirá dos puntos por victoria y uno por derrota en la temporada regular. Dos puntos más por llegar al Top 16, otros dos por alcanzar los playoffs, un punto por llegar a la final a cuatro y, un último punto por llegar a la gran final. La clasificación consiste en sumar los coeficientes del club obtenidos durante los últimos tres años.
Todo esto, claro está según lo que está vigente ahora, no sé si para el próximo reparto de licencias seguirán vigentes, lo cierto es que la hipotética competición que apadrine la FIBA tampoco es que solucione muchas cosas, si la Euroliga actual tiene once licencias A entre los veinticuatro participantes (más las cuatro invitaciones), en la posible alternativa, las licencias permanentes se limitan a ocho, pero entre dieciséis equipos, con lo que ceñir los méritos deportivos a la mitad o menos de las plazas a repartir, hablan de pertenecer a un club regido por parámetros económicos casi en la exclusividad, algo que si bien no sería el espíritu que movió para su creación, pero al final es lo que termina mandando como en la gran mayoría de las circunstancias de la vida, vamos que si se le da un vistazo a la situación que se vive actualmente en la Europa política, como que me sale casi lo mismo.
Aunque la situación para la temporada 2015/2016 es muy complicada, no lo es más que la anterior, pero el tema de las licencias y la exigencia similar a la del año pasado, en la que va a ser imprescindible ser el equipo que quede tras Real Madrid y FC Barcelona, provoca que haya que funcionar casi a tope desde el primer balón al aire, claro está con lo que tenemos puesto en la mesa a día de hoy, porque la alternativa no es más que más de lo mismo, aunque no seré yo el que me quede tranquilo con la patronal organizadora.