En estos días de Semana Santa, semana grande y única para muchos por estos lares, siguen apareciendo noticias que rodean a nuestro Unicaja, algunas novedosas y otras que se encuentran dentro de lo habitual.
En este último grupo, la repetición de los resultados en las competiciones que disputa el equipo son constantes. En Euroliga, nueva derrota con la misma seña de identidad: competir hasta un límite que termina no siendo suficiente para conseguir la victoria, lamentablemente, creo que esta forma de no pasar el corte del Top 16 -algo habitual por otro lado- terminará siendo recordado, y quizá pueda marcarse como algo más que el estatus natural del equipo.
Con respecto a la Liga ACB, otra victoria más y otra semana en el liderato, aguantando a la perfección la persecución del Real Madrid, y con una victoria contundente frente a un UCAM Murcia que derrotó a los blancos la pasada jornada, el Unicaja sigue en pos de perpetuar la inviolabilidad de su cancha durante esta temporada, lo cual sería todo un hito, de todas formas la marca ya establecida merece todo un reconocimiento. Junto con esto, la clasificación matemática para el play off cuando faltan ocho jornadas para el punto y final de la dulce fase regular, es otra buena señal que se coloca en el devenir de este curso.
El partido de liga alteró una marca habitual: la del número de espectadores, el encuentro del año pasado del Domingo de Ramos, entonces frente al Bilbao Básket también se jugó por la tarde, previamente el equipo había jugado el viernes en Málaga frente al Armani Milán y la asistencia bajó con respecto a la media que se observaba. Ahora, tras jugar el jueves en Estambul ante el Fenerbahce-Ulker, los habituales, que esta temporada andan rozando por arriba y por abajo los siete mil espectadores, no llegaron a seis mil. Está claro que se busca lo mejor para el equipo, intentando armonizar ambas competiciones (y que dure), pero es sumamente complicado contentar a aquellos que tienen una única oportunidad en el año para hacer lo que les supone algo tan importante, por lo tanto, aparte de cruzar los dedos para la temporada próxima, no estaría mal intentar poder compaginar ambas cosas, porque mira que son grandes el baloncesto y la Semana Santa, y fíjate que discusión se organiza en más de una casa sobre si ir al Palacio de los Deportes o a la “Tribuna de los Pobres”, habrá que intentar evitarlas.
El Unicaja ha tenido otra buena noticia esta semana pasada, en ella, la revista Gigantes del Básket, medio especializado que habría que catalogar como histórico que ya tiene treinta años de historia y de los pocos que quedan en papel. Aunque los medios en la red hacen un trabajo bastante bueno como tono medio, que Gigantes conceda a Unicaja el premio al mejor club del 2014 y a Joan Plaza el premio al mejor entrenador, no sólo son motivos de alegría, sino que además entiendo que son galardones más que merecidos y que deben servir no sólo como reconocimientos, sino como otro factor más de ánimo y empuje para seguir mejorando, y sobre todo esto, entiendo que es algo para felicitarse y mostrarlo a todo el mundo, porque no se trata de presumir, sino de tener presente todo lo que se hace, lo bueno y lo malo, y es un gran paso que el recuerdo de lo bueno te llegue desde algo externo a ti mismo.
Para mi entender, estas buenas noticias no han tenido la repercusión que merecen, el partido del UCAM Murcia ha pasado de puntillas y entiendo que encadenar otra victoria, provocando mantener otra jornada más el liderato y clasificar ya al equipo para playoff con tanta antelación no creo que debiera obviarse. Mucho menos dejar de pasar algo que ha de ser motivo de alegría y orgullo, porque al igual que nos duele convivir con los malos momentos cuando se atraviesan, las buenas noticias y los éxitos son algo íntimamente ligados a nuestro sentimiento particular de orgullo, nos resulta grato ver como las cosas se hacen y pueden salir bien, por eso nos gusta que se nos recuerden los éxitos de nuestro equipo.