La noticia de los últimos días, dándose con absoluta seguridad la retirada de la Licencia A de la Euroliga al Unicaja, anticipada en su cuenta de Twitter por José Ignacio Huguet de «El Mundo Deportivo», se extendió de manera centelleante por las redes sociales (que es como se informa uno ahora) y puso en guardia a todo el mundo que tenía que ver con nuestro deporte en Málaga. En un rato, tras la bofetada que significaba para la incipiente recuperación de las antiguas glorias vividas en Los Guindos, fueron apareciendo informaciones que dejaban huérfano el receptor de la noticia, pero que hablaba de la realidad de la misma al confirmar que España perdía una Licencia A. Vamos: susto o muerte. Desde el club, por boca de Carlos Jiménez y Eduardo García se comentaba que no se sabía nada, y el jueves, Emilio Guerrero conseguía que Jordi Bertomeu hablara en la sintonía de «Cope Málaga» y nos trajera a la memoria esas declaraciones de Michel Platini sobre nuestro Málaga CF diciendo que nada era culpa suya, que lo que fuera se votaría por un organismo que él no dirigía, pero que no había nada decidido… Desde que la noticia salió –de forma más o menos acertada– a la luz hemos vivido reacciones de todo tipo y sobre todo mucha desinformación. Afortunadamente el pasado sábado en estas páginas, Fali Guerra dejó bien claro con un gran artículo las bases que iban a decidir qué club de los cuatro españoles iba a perder el privilegio de tener asegurada su participación año tras año en la mejor competición europea. Simplificando, y si las normas no cambian de aquí a final de la temporada 2014/2015 –que tampoco es descabellado–, el Club Baloncesto Málaga tiene casi todas las papeletas para quedar fuera del selecto grupo de elegidos, sobre todo porque se van a tomar los parámetros de 2009, y no creo que nadie haya olvidado la travesía de ese largo desierto que aún no sabemos si ha terminado de atravesar nuestro Unicaja. ¿Por qué parámetros de 2009? ¿Y por qué no? Dirán por ahí. Las declaraciones de Jordi Bertomeu recuerdan esa magistral frase del genio Groucho Marx que decía eso de: “Éstos son mis principios, si no les gustan, tengo otros». Que se dispute una competición y no se sepa la normativa que se va a aplicar para determinar si se puede continuar o no a la temporada siguiente es de las de nota, pero ni esto pasa a ser definitivo, ni es algo que viene de nuevo, sino desde hace bastante tiempo. La Euroliga pretende cambiar la normativa de invitaciones y que los participantes tengan ascensos y descensos, relacionándola con la Eurocopa, pero mientras llega, intenta contentar una vieja reivindicación que hay desde lejos de España: recortar los equipos de nuestro país que disputan obligatoriamente la competición. Esto es algo que se viene pidiendo desde hace tiempo. Está claro que la pujanza de otras ligas, como Rusia o Turquía, no se ha visto reflejada en mayor número de equipos. Todo ello por no hablar de los movimientos internos que unos años horrendos y con un rendimiento demasiado lejos de lo que requería un equipo que jugase entre los mejores de Europa, facilitaba por parte del equipo malagueño que Valencia o Bilbao reivindicaran con toda justicia su presencia ocupando su lugar. Ahora se dice que si el público o la tele va a influir –mejor explicado que Fali no lo voy a hacer yo–, ni creo que se vaya a arreglar este año, porque se queda diluido al tomar datos desde 2009, y tener dos años con dos octavos puestos y otros dos con dos novenos en ACB hace casi imposible reconducir la situación. Así que sólo queda hacer una buena temporada en España y quedar entre los cuatro primeros, siempre y cuando estén entre ellos los otros equipos de Euroliga. Cosa que, por otro lado, me parece algo normal y exigible de manera natural para lo que es y lo que queremos que sea este Unicaja. Seamos sinceros y claros: lo anormal es lo que hemos visto y lo que se ha aguantado. No es lógico hacer temporadas tan malas como las que se han visto en Málaga pretendiendo ser parte de la élite. No es de recibo pretender que eso no pase factura, sea cara al público o al estatus que tenga el club. Y que éste no se resienta cara al exterior. Aunque en su momento llegué a oír a gente de los medios decir «tampoco pasa nada por jugar la Eurocopa… (!)» o a gente del club que «el capítulo de abonados tampoco tenía tanta importancia…», lo cierto es que esa afirmación tendría que hacerse en Valencia, que ya llevan tres títulos y no les ha servido para estar entre los mejores del continente. Llevamos en Málaga mucho tiempo tranquilos con la situación conseguida, pero sin valorar ni lo que tenemos ni lo que puede perderse. Nunca se podrá cuantificar el valor publicitario aportado por el baloncesto al propietario, ni creo que seamos capaces de aventurar que hubiera sido la vida de nuestro deporte sin la aportación de Unicaja Banco. Dejar la Licencia A no significa la expulsión de la Euroliga, pero sí va a obligar a estar hasta el final con toda la tensión del mundo.
Susto o muerte.
15
Jul