Ya iba siendo hora, muy poco tiempo para el comienzo del playoff y cierre de una liga regular más que destacable para el equipo de Joan Plaza. Ahora, a encarar la fase decisiva, todo ello con algo imprescindible: el apoyo de la afición, sin excusas y con arenga del entrenador catalán del equipo cajista. Este jueves al Palacio de los Deportes y punto.
El primer equipo encara la parte decisiva de la temporada y en la cantera hay de todo un poco: algunos ya la cerraron, como en el caso del equipo Junior (campeón de Andalucía y subcampeón de España), el Cadete casi acabando (campeón de Andalucía e inmerso en la lucha por el título nacional) y el Infantil, que esta semana pasada ha conquistado el título andaluz, tiene en menos de un mes la lucha por el Campeonato de España.
La pelea que han librado los infantiles en Linares junto otros quince equipos de nuestro territorio, es otro paso más a completar dentro de la dureza y la exigencia que les impone la competición si quieren estar arriba. Tal vez lo que reclama el entrenador Joan Plaza es la seña de identidad de los chicos: la entrega sin reservas y las ganas de hacer las cosas bien. Catorce muchachos normales, con las inquietudes, las dudas y las esperanzas propias de la edad, que en aras de hacer lo que les gusta ponen sus ilusiones y su esfuerzo sin atender si la recompensa es justa o la apuesta es demasiado alta.
Ahora que el Club Baloncesto Málaga convocó vía redes sociales el concurso para que los niños interpretasen el himno, estos niños (que con trece y catorce años no son otra cosa) del Infantil, hicieron suya la canción de Pablo López que poco a poco va identificándose con los que seguimos siendo inquilinos de la grada del Martín Carpena, “siempre te llevo conmigo, siempre seré tu bandera”, sonó en sus voces camino de Linares y siguió sonando a la vuelta tras cinco días de campeonato que albergaron seis victorias en los seis partidos que tuvo que disputar el equipo de Manolo Bazán.
Triunfos en la fase previa ante Virgen del Carmen Córdoba (104-35), Adesa 80 Sanlúcar (73-53) y AG Sonido CAB Linares (116-28), en cuartos de final ante el CB Gelves (104-35) y en semifinales ante el Lepe Alius (76-57), todo ello para repetir en la final ante los gaditanos y volver a ganar por 86-57. Victorias más que contundentes, con un juego que evitó cualquier tipo de réplica de los contrarios, la superioridad que han mostrado Paco Montiel, Gonzalo Hernández, Andrés Bonet, Rafael García, Uriel Carrillo, Pablo Fernández, Miguel Ángel Moreta, Jorge Bonilla, Luis Sánchez, Ignacio Cervilla, Golden Dike, Pedro López, Miguel Cáceres y Ricardo Rodríguez ha sido más que suficiente, no necesitando desplegar el juego brillante de otras veces, pero que ha evitado que cualquier equipo pudiera parecer con opciones.
El trabajo desarrollado por los chicos malagueños (con la ayuda de los granadinos Rafael García e Ignacio Cervilla y el linense Pablo Fernández, MVP del torneo) sigue quemando etapas de forma exigente e intensa, cubriendo día a día (con un buen ambiente que llama la atención), lo que le exige la competición, la cual provoca que tengan que dejar atrás las cosas normales de su edad, teniendo que hacer malabares con la agenda escolar y sacrificándose de manera que los adultos nos quejaríamos del estrés que nos provoca su día a día. Puede parecer raro, pero los de Manolo Bazán han disfrutado a base de trabajo poco lucido, sin ser tan efectistas como en ocasiones anteriores, pero haciendo un trabajo que ha impedido a los contrarios ser competitivos ante el ritmo impuesto en los partidos.
Ahora lo bonito sería tener un tiempo de descanso, disfrutar del título y recuperar fuerzas, pero de momento no se da la oportunidad, el viernes, felices todos, carretera y manta camino de Olmedo (Valladolid) para otro torneo el fin de semana, volviendo el lunes -aún más felices- a clase, todo ello para preparar el Campeonato de España que disputarán en Cambados a mediados de junio, sin el menor resquicio a la piedad en horarios o la comprensión para con lo que puede entenderse como lógico en deportistas de esta edad como pudiera ser algún descenso en el rendimiento.
Todo lo que puedan haber hecho bien puede quedar en nada a poco que bajen la guardia por cualquier circunstancia, pero mientras llega y siguen trabajando y disfrutando, toman como suyo el himno de todo el club cantándolo a la menor oportunidad posible.
Yo, como entrenador, padre y aficionado al baloncesto, les diría lo de siempre: estudiar y entrenar duro y con ilusión, disciplina y constancia, que la vida deportiva es la más bonita y la más corta de la existencia, además ahora, tras oírlos cantar les diría que por favor, estudiaran y entrenaran aún más duro, porque está claro que en la faceta artística sus peores rivales son ellos mismos. Felicidades a todos por el título tan merecido y ánimo y duro por el próximo objetivo.