He vuelto de copas.

11 Feb

La Copa del Rey se parece cada vez más a la Liga Endesa, antes ha enamorado, ha sido el torneo de grandes sorpresas y que ha hecho contener la respiración a todo el mundo, “Cuatro días de adrenalina” rezaba el eslogan que la ACB acuñó para el torneo que empezó el pasado jueves.

Pensar en algo más que los dos equipos futboleros empieza a sonar a entelequia. El observar que cualquier equipo que se enfrente a Real Madrid y FC Barcelona sale con una marcha de menos, incluso algo “arrugados” diría yo, y con muy pocos argumentos para plantar cara, me molesta decirlo, pero es lo que hay. No tildar de sorpresa la victoria del CAI Zaragoza ante Unicaja también me molesta, pero voy a suscribir a Joan Plaza y voy a decir que visto como rindió el equipo durante la liga y en el partido de cuartos de final frente al de José Luis Abós, ni mucho menos me extraña, no sólo hubo errores flagrantes, sino que además se persistió en las equivocaciones, y eso sí que es grave.

Que del torneo vivido sólo encuentre dos partidos realmente destacables, como el Valencia Básket-Laboral Kutxa y la final no es buena noticia. Que las semifinales tengan aspecto de decididas al minuto 12 ó 14 de partido no ayuda a eso de revitalizar nuestro deporte.

Sobre nuestro equipo, tengo que decir que el guantazo que nos hemos llevado todos es de los que duelen y se recuerdan, sobre todo porque la recuperación estaba aún demasiado tierna, y aunque ni mucho menos suscribo las opiniones del entrenador tras el partido de la Copa, entiendo que Plaza es el adecuado para recuperar el estatus que se dejó atrás, y eso no se va a conseguir sólo con dinero. Aunque en el enfrentamiento con el CAI los maños ganaron dejando claro que el equipo no rindió ni en la cancha ni desde el banquillo, no entendería como lógico que el mismo que era válido hace pocos meses deje de serlo al primer revés serio. Que todos queríamos otras cosas, naturalmente, pero entiendo que la mejora pasa por la estabilidad y que el entrenador, aunque no esté siempre de acuerdo con él, es el adecuado.

No niego que esté descontento con la Copa del Rey, ciertamente decepcionado podría decirse, pero no me quiero poner negativo porque el baloncesto siempre me reconcilia con él.

El factor diferencial que ahora me hace quererlo es la Mini Copa, el torneo paralelo que los infantiles de los ocho equipos han disputado estos días en Málaga. Reconozco que soy un privilegiado, porque mis dos hijos han disputado sendos torneos, Carlos lo hizo en 2005 en Zaragoza (siendo él otro privilegiado que vio al Unicaja ganar su primer título en España) y ahora ha sido Jorge. Las jornadas que se han vivido estos días entre el Muelle Uno y Los Guindos son de las que piensas eso de “I love this game”, en ellas el infantil del Unicaja ha alcanzado dos hitos que quedan en la hemeroteca: disputar la final y dejar por primera vez al FC Barcelona fuera de la misma desde que se disputa esta competición. Estas dos novedades entre las tangibles, luego queda el juego que han desplegado los chicos: honesto, intenso, sin reservas y dándolo absolutamente todo, con una marcha solamente, la directa y con una dirección, hacia el frente.

Teniendo en cuenta que el escenario del Muelle Uno ha sido magnífico, podría haberse mejorado aún más, sobre todo porque a causa de la lluvia la final tuvo que jugarse en Los Guindos, cancha entrañable, pero que para estas ocasiones no es válida. Habida cuenta que por diferentes causas no podían usarse Ciudad Jardín ni Carranque, no hubiera sido tan difícil utilizar la cancha central del Martín Carpena. Es más, recordando lo que declaraba el presidente Eduardo García en la última tertulia de Cope, en la que decía que la gente joven estaba dando la espalda a nuestro deporte (al menos como espectador), y teniendo en cuenta que la Mini Copa no deja de ser una fiesta –con mucho glamour, pero una fiesta- no creo que jugar la final tras la sesión de tiro de ambos finalistas la matinal del domingo hubiera sido tan complicado. Se llenaron las pocas localidades de Los Guindos dos horas antes, pero se quedó mucha gente sin poder verla y, a buen seguro, hubieran disfrutado del soberano partido de baloncesto que disputaron Unicaja y Real Madrid.

Al final el equipo blanco fue vencedor de un encuentro que pudo ganar cualquiera, los locales, compitieron con los chicos que trabajan día a día para mejorar y hacer mejores a sus compañeros con el duro, oscuro y poco reconocido trabajo diario. El Real Madrid recurrió a la habitual -en los equipos futboleros- fórmula de “alquiler con opción a compra” para conseguir el trofeo, captando para este torneo al MVP del Trofeo de Castelldefels (que ya comenté en su día que ganó Unicaja), Tomas Balciunas. El lituano dinamitó la competición sembrando el pánico en cada encuentro, aunque a pesar de todo ello, los chicos de Los Guindos hicieron lo habitual: no economizar ningún esfuerzo y estar ahí hasta el final, pudiendo haber sido perfectamente los vencedores del torneo.

El Real Madrid verá como el MVP de la Mini Copa vuelve a Lituania y seguro que harán de todo para traerlo de vuelta, el Unicaja, de momento cuenta con que los catorce chicos del equipo infantil volverán seguro al trabajo esta semana para seguir mejorando y hacer más grande a este club… y además a nuestro baloncesto.

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