Esto del calendario del baloncesto hay que arreglarlo y pronto. Aunque año tras año las competiciones de selecciones nacionales nos sirvan como sucedáneo de la competición, no es bueno que andemos con tanta dilación entre Liga y Liga, que en poco más de un mes tengamos de golpe tres competiciones, no mitiga que llevemos demasiado tiempo de ausencia de partidos.
De momento, ya se sabe, ha comenzado la pretemporada, hasta ahora que llegan los amistosos en la provincia de Málaga, tenemos los partidos de la selección, ese equipo que aún no ha conseguido que dejemos de echar de menos a los ausentes, de entrada un líder, cosa que ni en el banquillo, ni en la cancha se ha encontrado de momento.
Pero ya falta menos, ya están nuestros tres abonos del Unicaja en casa para empezar a darle buen uso en breve. En menos tiempo también podremos disfrutar de los abonos del Clínicas Rincón y darle toda la envidia del mundo a aquellos que les guste en mayor o menor medida nuestro deporte. Porque se me antoja más que complicado encontrar un sitio mejor que Málaga para disfrutar de tanto y tan buen baloncesto mejor que aquí. Dejando aparte todas las bondades conocidas, tener a nuestra disposición Euroliga, ACB y LEB Oro es todo un lujo asiático. Además de agradecer la suerte que tenemos al disfrutar que empresas como Unicaja y Clínicas Rincón estén volcadas (sí, con la que está cayendo) en el baloncesto de élite y de cantera en nuestra ciudad, hay que disfrutar de lo que tenemos.
Llevamos tiempo sufriendo demasiado. Pero ahora viene tocando la parte en la que nos acordamos de los momentos buenos. Los ratos teñidos de oscuro sobran. Al fin y al cabo, esto del baloncesto es tan importante en mi vida que equivocaciones pasadas no me van a condicionar. Quiero seguir enganchado a él, para disfrutar de los buenos momentos que nos van a proporcionar, porque aquí hay sitio para todo el mundo.
Ésta es mi vuelta de vacaciones, la esperaba con ansiedad. Ahora espero que España haga esta tarde los deberes y esté en semifinales en Eslovenia.