Aquí en Málaga hemos procurado darle una buena dosis de confianza a los entrenadores que han ido viniendo, sobre todo tras el periplo de Sergio Scariolo en nuestra ciudad. Desde la llegada del ex seleccionador nacional (y que además dicen que no cumplirá el año que le queda en Milán) teníamos claro que esto iba más de cómo acababa en lugar de la manera que tenía de arrancar. Tras las experiencias de Aíto García Reneses y Chus Mateo, con un recién llegado a España, como era el caso de Jasmin Repesa, la idea tomaba más carta de naturaleza aún. Pero siendo sincero, con el croata aún tenemos la duda sobre si el equipo va a ser capaz de hacerlo todo bien ahora que está próximo el final y va a dejar atrás todas las malas sensaciones acumuladas durante la temporada.
No es cuestión de ser agorero ni negativo, simplemente lo que hemos visto tanto en ACB como en Euroliga dan para lo que dan, y precisamente no es confianza. Siendo justos, lo que vimos el domingo ante el Valencia puede ser el mejor partido del equipo este año. Al menos fue la demostración de solvencia más extensa en un partido completo. ¿Qué ha cambiado en el equipo? Creo que la evolución del grupo puede ser lo mejor. Con las lesiones de Dragic y Williams, el equipo ha sido redefinido con el fichaje de Kinsey y la «cuasi» dictadura de Calloway en la posición de base. La aportación defensiva del exjugador de Scavolini es importante y destacable entre los jugadores exteriores. Fue capital para cerrar el grifo de la aportación en ataque de San Miguel y Markovic. Añadir, además, el detalle del acierto en el tiro libre. No recuerdo muchos partidos con un 96% de acierto desde la línea, mucho menos en los que un equipo falle el primero que lanza (le tocó el «honor» a Panko) y luego acierte 22 consecutivos.
Ahora que cito a Panko, uno de los cambios anotados viene en la mayor aparición del norteamericano, arrancando un par de encuentros desde la posición de alero alto con Lima en la posición de cuatro, con lo cual se le da otro aire al equipo, mayor riqueza táctica, algo de lo que precisamente no anda sobrado. En el partido ante Valencia Básket, preguntado en la retransmisión de «Rock FM», el jugador decía que él siempre había jugado de tres, pero el cambio estaba ahí y lo importante era jugar. Tal vez lo ideal sería que la versión tres-cuatro de Panko fuera real y no virtual, y sobre todo que cuando se vuelva a la opción conservadora (sólo de ala-pívot), ésta se pueda revertir, pudiendo volver a verse al de Pennsylvania acompañado de dos jugadores interiores, entre los cuales estaría bien ver mayor aportación de Vázquez o Lima.
Es bueno que la tan esperada solidez del Unicaja parezca que esté llegando, mucho más en este tramo de la temporada, porque todo lo que queda es vital. El partido de Santiago puede figurar como la final real de esta temporada, pero aún cumpliendo la hipótesis de la victoria en Galicia (nada fácil, por otra parte) no certificaría el pase al play off, ni mucho menos. El problema es no haber hecho los deberes antes, pero hay que intentarlo hasta última hora.