Cuando llegan los primeros partidos de pretemporada del Unicaja no es que me haya dado por escribir de música y comience por los noventa. Tampoco voy a hablar de los míticos «Siniestro Total» y de su disco de 1992. No me atrevo. Del arranque de la pretemporada del equipo malagueño se tienen dos muestras: el partido de Fuengirola y el de Antequera. Diferentes lugares, diferentes rivales, diferentes resultados y, sobre todo, diferentes sensaciones.
Está claro que no son comparables Cibona y Real Madrid, que entre los rivales del jueves y el sábado media un abismo y que nadie podía estar feliz tras el encuentro de Fuengirola, por lo que deprimirse tras el de Antequera también está descartado. Ya que todo es nuevo en el equipo que está echando a andar estos días, todo está sujeto a evaluación, pero claro está, sin perder de vista la situación y las circunstancias del grupo.
Un plantel con todas sus fichas nuevas para el entrenador (encima ausente), que no tiene jugadores que hayan jugado juntos salvo en el caso de Calloway y Urtasun (Lima y Zoric aún no han compartido entrenamiento) y la mayoría con un déficit grande de conocimiento de la Liga ACB.
Muchos factores de riesgo para tener ya un rendimiento positivo y reconocido. De todas formas también sería necesario no perder de vista que sin ir más lejos, el pasado año el equipo empezó como un tiro y terminó pegándoselo en el pie.
De todos los impedimentos que menciono, tal vez la ausencia del entrenador era la que me parecía más importante hasta la lesión de Vidal. No por la importancia del catalán en la plantilla, que de hecho la tiene, sino sobre todo porque es una prueba de estabilidad que puede resultar muy dura para el primer equipo y el entorno que le rodea: ¿la lesión venía de antes?, ¿ha sido un fallo no detectarla previamente?, ¿se acertará con el tratamiento?
Muchas interrogantes, demasiadas si se le añade que para tener un repuesto ha de ser un jugador de formación local, o sea, los famosos cupos en los que el equipo anda justito, y encima todos reclaman un tirador puro?
Espero que Jasmin Repesa, con los visionados de los entrenamientos que le hacen llegar durante su periplo con la selección de Croacia, tenga suficiente para dar con las mejoras necesarias. Además, seguro que cuando aterrice en Málaga, con los dos jugadores que faltan (Simon y Zoric), la actitud del grupo será diferente, no porque los jugadores economicen esfuerzos ante su ausencia, sino porque tendrán claro que el calendario de trabajo tiene mucho más cerca el comienzo de la competición, y el equipo estará reconociéndose paulatinamente más, y la identidad es algo que resulta imprescindible para poder reconocerse y competir, afrontando las dificultades y los retos que van a ir llegando.
Mientras tanto, a los que somos espectadores y a los que están dentro, mi recomendación lleva el nombre del disco de la banda gallega («Ante todo, mucha calma»). Porque la competición pondrá a cada uno en su sitio.
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