Camino de un mes sin baloncesto ACB en Málaga, seamos justos, tres semanas… y desde entonces, ¿qué? Lo de siempre, pero con matices: «Se trabaja sin descanso en los despachos», «está hecho a falta de unos detalles», «las gestiones se llevan con todo sigilo». En este tiempo digno del limbo, hay tantos frentes abiertos y tantas ideas y modelos que redefinir que todos daríamos el beneplácito para que se trabajara en tener claras las ideas de qué se quiere tener para la temporada próxima y cuáles serán los cimientos de un club todavía más fuerte–
Eso es lo idílico, pero si se tiene claro que se parte de la temporada pasada de infausto recuerdo, creo que es necesario, que es más tiempo de acción, que de «ideas en las que se trabaja en la sombra». Porque todo esto genera desconfianza. Da risa creer esas noticias que adjudican al equipo malagueño hasta tres entrenadores y diecisiete jugadores nuevos sin saber aún qué va a pasar con los que formaron parte de la plantilla del curso que aún busca campeón entre cuatro equipos que miramos mientras añoramos tiempos pasados.
En nuestra ciudad se es consciente de que siempre se nos ha mirado con envidia por el tema de la cantera con varios equipos de categorías inferiores (entre cinco y siete según la época). Ahora también se pone en duda el modelo. No se tiene claro en qué LEB jugará el filial, tampoco el sitio. No se sabe cuántos equipos habrá por debajo del Clínicas Rincón (espero que siga llamándose así), ni siquiera si la estructura de las escuelas vinculadas al club seguirá como hasta ahora.
Muy atrás quedó aquella época en la que los jugadores foráneos de los equipos de categorías inferiores venían de sitios tan exóticos como Santa Coloma, Córdoba o Adra. Desde hace un tiempo los límites de la cantera se expanden hasta Brasil, Islandia, el África subsahariana o cualquier sitio de la antigua Yugoslavia (ahora esto es como «El tractor amarillo»: la última moda). Aunque está claro que la legalidad ampara la opción, y una gran cantidad de campeonatos nacionales adornan el palmarés del club bajo esta idea, la llegada de jugadores de cantera al primer equipo –por lo menos con impacto reconocible y no testimonial– tiene más raíces en el modelo anterior que en el que ahora se quiere implantar.
Ahora se habla de mantener sólo el filial y un júnior bajo la tutela del club, y que el resto forme parte de la estructura del club EBG Málaga, la escuela radicada en las pistas exteriores de Los Guindos. Conozco de sobra el buen trabajo que se realiza allí, no en vano es donde disfruto entrenando a mi equipo y este mismo fin de semana hemos disputado el IX All Star Minibásket, magníficamente organizado con diecinueve equipos de seis provincias diferentes y con un muy justo vencedor (EBG Málaga Unicaja, un Dream Team de la categoría dirigido magistralmente por Jesús Bravo) que hizo las delicias de los que disfrutamos de un maratoniano torneo.
Quitar de la tutela del CB Málaga a los equipos infantiles y cadetes me parece una aventura demasiado peligrosa. Creo más en la estructura actual, con alto rendimiento en las pistas interiores, con parquet, gimnasio y todas las comodidades necesarias para que los jugadores que tienen potencial estén vigilados y desarrollen todas sus cualidades desde abajo con la dirección de los que están considerados los mejores entrenadores de Málaga.
En las canchas exteriores, más de 700 niños con el logotipo del propietario del club en el pecho son el mejor escaparate para el abanico de Unicaja, con toda la ilusión para seguir disfrutando de lo que les gusta, con el esfuerzo de sus padres y bajo el cuidado de gente como yo que podemos hacer lo que nos apasiona. Digno motivo de envidia desde cualquier lugar que esté lejos de Málaga, algo que ha de ser la salud del club.