La última hazaña del independentismo ha sido procurar que los niños pidan a los Reyes Magos la República Catalana. Ha sido como ya saben, en la cabalgata de Vic, que era la elegida por TV3, cadena pública del separatismo que también emite en horario infantil.
Los Reyes Magos y todo lo que les rodea, desfiles, disfraces, leche para los camellos, comida para sus majestades y demás, tienen el objetivo de generar ilusión y alegría en los niños aprovechando su ingenuidad. La misma característica infantil que los independentistas utilizan para inocular su idea xenófoba en el permeable cerebro en crecimiento de los hijos de todos.
Estos hechos son una pequeña parte de un todo. Es casi una anécdota que un día les den a los niños farolillos con la estelada para ofrecerlas a los tres magos. También tiene su enjundia que se proteste tan airadamente por mezclar a Melchor, Gaspar y Baltasar en estos temas, y estemos en cambio habituados a la vejación de los símbolos de todos y al insulto a Felipe VI. El único Rey que nos queda el 7 de enero.
La lógica simplona de unir el mito al mito, no tuvo en cuenta el exceso estético de mezclar ambos asuntos. De ahí el desacuerdo de ERC, por ejemplo, que compensa la pifia con coreografía.
El adoctrinamiento contra España es permanente todo el año. Recordemos los ilustrativos vídeos del Canal 21 Ebre en Tortosa en el espacio ‘Petits artistes’, donde veíamos niños en el colegio pintando esteladas y diciendo que había que “dejar de pagar impuestos a España y quedárnoslos nosotros”.
Otro ejemplo muy reciente del colegio Guillem Fortuny de Cambrils, en una obra de teatro, los alumnos tenían un guion con frases como: “hay que destrozar al enemigo español”.
También supimos de las coacciones de los grupos de padres de las Escuelas Pías de Santa Ana contra quienes pedían el cumplimiento de lo establecido por el Tribunal Supremo, el 25% de las horas lectivas en castellano. Ubicaron a los hijos de los reclamantes en aulas solos, para que allí recibieran lo establecido por la justicia. Hubo concentraciones a las puertas del colegio. Hasta que tuvieron que cambiar de centro educativo. Ese es el ambiente festivo que queda el resto del año, cuando los Reyes Magos no miran.
Cualquier rastreo en la red da decenas de resultados similares. Y la situación no ha mejorado. Pero el Gobierno de España ha anunciado de manera informal la retirada de una treintena de recursos al Tribunal Constitucional contra normas del Gobierno de Cataluña. No deja de ser curioso que un gesto de buena voluntad sea evitar que la Justicia se pronuncie sobre algo. Se destila el mismo aroma que el de aquellos fatídicos pactos del Majestic, en los que Aznar entregó herramientas fundamentales al Gobierno de Cataluña para la construcción nacional.
Es probable que los Reyes Magos no traigan la República Catalana a unos, ni un Gobierno que haga cumplir las leyes a otros. Estos mandatarios orientales harán gala de una perfecta equidistancia fruto de la inexistencia. Muy distinta a la que ejercen otros que equidistan por permanecer siempre secos.
Mientras tanto, los hechos del pasado 5 de enero en Vic, serán como escribió Roger Waters: All in all it’s just another brick in the Wall.