De la proximidad de la selva venezolana

17 Ene

Un servidor acaba de leer un magnífico libro de aventuras sobre unos piratas ingleses que se adentran en lo más intrincado de la selva venezolana en busca, cómo no, de una suerte de El Dorado y al cerrar el libro y pasear este fin de semana por las calles Conde de las Navas y Antonio Trueba, se ha sentido transportado a esas latitudes tropicales gracias al gigantesco follaje que se está extendiendo por el arroyo Jaboneros.

No es de nuevo cuño este crecimiento vegetal. Hace unas semanas esta sección ya tomó una foto del estado del cauce, a la altura de la urbanización Villa Cristina, por las denuncias de unos vecinos, que alertaban del exceso de arbustos que se han transformado en árboles y de la sensación de que, muy pronto, la persona que quiera pasear por el cauce tendrá que abrirse paso con el machete.

En otras temporadas, antes de fin de año, el cauce ya estaba mondo y lirondo, listo para recibir las copiosas lluvias del otoño, pero metidos ya en el invierno y en el año de los mayas, por el último tramo del Jaboneros no se ha dignado pasar ningún encargao. Y en esto de la limpieza de cauces es un misterio quién se encarga de limpiarlo porque unos años te ves a personal de la Junta (ocurrió en 2009) y al siguiente encuentras a una empresa contratada por el Ayuntamiento retirando plásticos y practicando la siega.

El desmantelamiento de la Confederación Hidrográfica del Sur en aras de la centralización administrativa andaluza convierte la limpieza de los cauces en un enigma para el malagueño de a pie. En cualquier caso, aunque en un principio ayer las fuentes municipales consultadas mostraron la misma desorientación que un servidor, fuentes de la delegación de Medio Ambiente de la Junta precisaron que la competencia para quitar hierbas y arbustos en el cauce (en este caso prácticamente sería desforestarlo) es asunto suyo y de retirar la basura se encarga el Consistorio.

Así pues, aclarado el enigma, sólo quedan ganas para ponerse manos a la obra, no vaya a ser que posibles lluvias torrenciales dificulten la bajada del agua y causen problemas al nuevo puente de aires calatravescos junto la playa de las Acacias.

Desde el punto de vista del calendario, no me digan que no quedaría bien que a la Junta, en vísperas de las elecciones más importantes de los últimos 30 años, no se le viera dejando a punto el Jaboneros, aunque fuera a destiempo. Ya sólo por el prurito electoral, merecería la pena ponerse de una vez a ello, no vaya a ser que un día de estos, esnortados piratas ingleses naveguen arroyo arriba en busca de la isla de las Perlas o cualquier otro ensueño monetario.

El lector

En la exposición sobre los 300 años de la Biblioteca Nacional que estos días puede visitarse en Madrid, el firmante ha podido comprobar que aparece una tarjeta de usuario de Juan Temboury de los años 30 con su firma, una muestra más de la curiosidad intelectual del salvador de la Alcazaba.

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