Los vecinos de esta calle de casas mata con carencias en movilidad la han transformado en una de las más bonitas con el efectivo método de llenarla de plantas.
Esta misma semana, por La Opinión hemos conocido la situación de los vecinos de la calle Anita Adamuz, una calle de casas mata en segunda línea de la avenida del Arroyo de los Ángeles, cuya comunicación con la antigua Huerta de Godino y La Gota de Leche se truncó cuando se hizo la avenida de Simón Bolívar.
Desde entonces, los años ochenta, la calle tuvo que ir a la ortopedia para colocarse unas escaleras y unas barandillas, con el fin de salvar el desnivel.
Como saben, los vecinos piden unas rampas porque el tiempo avanza, se hacen mayores, llegan los nietos, continúan los carritos de la compra y las fuerzas no acompañan.
Esta situación, sin embargo, no les ha privado de lucir una de las calles más resultonas de Málaga, al recuperar una práctica que todavía seguía muy en boga en los años sesenta: el famoso ornato.
En este caso, todo ha partido de Carmen, una vecina que ha convencido al resto de la calle para adornarla con macetas, con la ayuda de su marido Antonio y, hace bastante poco, ha dado el siguiente paso y ha ido pintado los maceteros de colores.
El resultado es una sencilla forma de embellecer una calle sin que tengan que intervenir los servicios municipales. Como cuentan con orgullo, muchas personas que pasan por esta calle, una de las que conducen al Asilo de los Ángeles, se detienen para contemplarla y algunos hasta toman fotos.
A la llegada de las macetas con flores hay que sumar el que, hace tiempo, los vecinos consiguieron que se colocaran unos bolardos clásicos, en formas de bolas de cañón, para que los coches no aparcaran en una calle tan estrecha. Además de relucir como el primer día, Santiago, otro vecino y además muy mañoso, les ha colocado en la parte superior una suerte de ancha tubería, con lo que ahora nos encontramos con bolardos-maceteros repletos de vida.
De esta manera, con una pequeña inversión y mucho ingenio, la calle Anita Adamuz, pese a sus carencias de movilidad, pasa por ser una de las más bonitas de Málaga. «Eso dice la gente cuando pasa», comenta Ofelia, otra vecina.
El caso de esta calle recuerda a la pequeña calle sin salida Blas Palomo, en El Palo, que lleva más de medio siglo con las casas mata adornadas con macetas y un panel de cerámica de la Virgen del Carmen presidiendo el conjunto. La calle llegó a aparecer en postales.
En otro barrio asomado al Guadalmedina, Sagrada Familia, en la propia avenida que lleva el nombre del río los vecinos han creado con mucho esfuerzo unos fastuosos jardines a modo de pequeñas parcelas cuidadas por ellos. Algunos de estos jardincitos son un prodigio de belleza y sombra a raudales.
Muchas felicidades a todos los que siguen el ejemplo de los vecinos de la calle Anita Adamuz.