Junto al sanatorio de mujeres de Capuchinos vegeta desde hace décadas una parcela triangular que se usa de aparcamiento desde hace décadas y que espera algún día un plan especial.
La semana pasada hablábamos del acertado aprovechamiento que el Ayuntamiento de Málaga está haciendo de las zonas muertas, esas con menos futuro que Quim Torra en una asociación de emigrantes andaluces.
Por fortuna, pasaron los tiempos en los que Málaga lucía grandes áreas de zonas muertas sin necesidad de ninguna serie de zombis, y ahí están los vecinos más veteranos de Nueva Málaga, que recuerdan los tiempos en los que era prudente caminar por el barrio con botas de agua, aunque descampara: Era lo más inteligente para sortear los barrizales que se formaban tras la lluvia.
Ahora, llaman la atención precisamente por que no abundan como hace cuarenta años. La ciudad se ha ido urbanizando y el criterio para muchos de estos espacios dejados está siendo el transformarlos en modestos pero resultones jardincitos.
De momento, no ha seguido la misma suerte una de las zonas muertas más veteranas de Ciudad Jardín, literalmente a la vuelta de la esquina de Capuchinos, porque hablamos de la parcela triangular que se tuesta al sol desde hace décadas a espaldas del sanatorio psiquiátrico de mujeres de Capuchinos (el Complejo Asistencial de las Hermanas Hospitalarias).
El solar, del que hablamos en esta sección hace un par de años, linda con la calle Actriz Rosario Pino y con la calle Sotomayor y el único signo de vida que ostenta es un enorme eucalipto que bien puede superar los 70 años de vida. El resto no es vida natural sino motorizada, porque se utiliza de improvisado aparcamiento desde que a Franco le salieron los dientes de leche.
En realidad, desde hace no tanto. En los años 50 se aprecian más árboles en la zona y varias construcciones que en los 70 se reducen ya a un par de ellas en mitad del descampado (¿talleres?). En los 80 casi está mondo y lirondo salvo por una pequeña construcción en el arranque del triángulo. Desde entonces, aguarda una segunda oportunidad.
El director del Distrito Centro, Francisco Cantos, informaba el pasado lunes que el solar está pendiente de ser desarrollado en un próximo plan especial de reforma interior y mientras tanto, se adecenta para que sirva de aparcamiento a los vecinos del entorno.
¿Terminará de aparcamiento mucho más adecentado o de jardincito resultón?, ¿incluirá algún equipamiento?, ¿un parquecito infantil? Todo puede ser.
Mientras tanto, persiste en su aspecto asilvestrado, con un hilera de matojos que en algún tramo alcanza la categoría de trigal, en la parte que linda con el sanatorio.
Y ya cuando el terrizo tuerce por la calle Sotomayor, un ficus y una yuca que parecen plantados por los vecinos, por la suciedad y la hojarasca que hay al pie. Una zona muerta a la espera de revivir cuanto antes .