Los astilleros de Pedregalejo, incordiados por la administración central desde hace 40 años y torpedeados por el Ayuntamiento, continúan ganando batallas judiciales en nombre de la carpintería de ribera.
En 2008, la Consejería de Cultura de Andalucía, en uno de los ejercicios de equilibrismo más brillantes en toda la historia del negociado, protegió la carpintería de ribera de la playa de Pedregalejo, pero no los lugares donde se realizaba la actividad.
Fue tan surrealista como reconocer la enorme valía de los cuadros de Picasso pero no la genialidad del autor. Todavía recuerda un servidor las atribuladas palabras de justificación del delegado del ramo, que debió defender lo indefendible, pues la chapuza jurídica inscribía en el Catálogo del Patrimonio Histórico Andaluz la carpintería de ribera, pero dejaba a los pies de los caballos los Astilleros Nereo, carentes de protección pese a que era el sitio principal en el que por esas fechas sobrevivía la carpintería de ribera en Pedregalejo.
A efectos prácticos, la torpe y calculada jugada de la Junta abría la puerta al paseo marítimo que debía atravesar los astilleros. Era el simbólico visto bueno de la Consejería de Cultura a un plan de reforma de los Baños del Carmen que iba a acabar con uno de los dos únicos sitios de Andalucía donde se construyen embarcaciones a la manera tradicional.
Porque los años han ido pasando y en las playas de Pedregalejo solo quedan los Astilleros Nereo como continuadores de esta tradición. El otro sitio son los Astilleros de Coria del Río en Sevilla que, estos sí, la Consejería de Cultura los ha protegido de forma efectiva y sensata. Si echan un vistazo a la ficha de protección verán que detalla de forma clara los talleres de Coria del Río, algo que no ocurre con los astilleros malagueños.
Pero una cosa son las decisiones chapuceras que, probablemente y como manda la tradición, es muy posible que tuvieran a algún político como interesado responsable y otra, la labor de los técnicos profesionales de la Junta que, ya en 2012, alertaron de la incongruencia. A su juicio, había que proteger mejor la carpintería de ribera de Pedregalejo y qué mejor que ampliándola al único sitio donde se realiza todavía: Nereo. Ni más ni menos que en Coria.
Como adelantó La Opinión, el TSJA acaba de dar la razón a los Astilleros Nereo y ordena a la Junta que inicie el expediente para proteger los astilleros de Pedregalejo, puesto que hasta sus propios técnicos lo aconsejan.
Ya se verá si esa protección llega a buen puerto o no, pero es una nueva batalla ganada por estos modestos astilleros a los que, habrá que recordarlo una vez más, la administración central está intentando quitar de en medio desde hace 40 años, al tiempo que el suavón Ayuntamiento de Málaga hace tiempo que les cortó la salida de los barcos al mar al instalar una tubería del agua, presuntamente ilegal, que pasa justo por delante del varadero.
Esto de que David siga ganando batallas al abusón de Goliat no deja de ser pura justicia poética. Felicidades y a seguir.
Dias atrás comenté, ante las inexplicables barbaridades que estaban ocurriendo en Malaga con su Semana Santa, que jamás podria ocurrir en Sevilla.
Ahora, con éste tema de los Astilleros Nereos, repito que jamás ocurriria en Sevilla, y a las pruebas me remito, solo leer el artículo…
Aunque me duela decir ésto como Malagueño, tenemos lo que nos merecemos.
No sabemos defender nuestras tradiciones, y no olvidemos que somos Malaga y lo tenemos todo…
Historia, mar, magnificas temperaturas todo el año, buena gente, cultura y patrimonio, y muchas mas cosas que no cabrian en este texto…