Hablamos con el poeta antequerano, autor de los ‘misteriosos’ versos en latín junto a la terraza de El Pimpi, profesor en una universidad de Nueva Inglaterra.
Como recordarán, y si no, aquí está uno para hacerlo, el pasado miércoles esta sección desveló, con la inapreciable ayuda de su promotor intelectual, el arquitecto Iñaki Pérez de la Fuente, el significado y origen de la misteriosa inscripción latina que se encuentra en el suelo, entre calle Alcazabilla y la plaza de la Judería, junto a la terraza de El Pimpi.
En contra de lo que evidencian los programas del corazón, el camino del éxito, como el del conocimiento, es arduo y no está a la vuelta de la esquina ni bajo ningún edredón. Así que el autor de estas líneas se pasó un mes y medio dando palos de ciego, preguntando a académicos, profesores de latín, responsables municipales y arquitectos, al tiempo que se dejaba las pestañas en colecciones de textos latinos en busca de esas ignotas líneas, pues de todo hay en la viña de internet.
Gracias a Iñaki Pérez de la Fuente el misterio quedó desvelado: se trata de un poema contemporáneo del antequerano José Manuel del Pino Cabello, traducido al latín por la malagueña Concepción Fernández Martínez, catedrática de Filología Latina de la Universidad de Sevilla, que ha traducido para la prestigiosa editorial Gredos.
Quedaba, como última parte del trayecto, hablar con el autor de los versos, gracias al correo electrónico, porque José Manuel del Pino trabaja en una veterana universidad de Hanover (Nueva Hampshire, Estados Unidos), donde está al frente del departamento de español y portugués.
En su respuesta a esta sección, que llegó el pasado miércoles, el profesor y poeta de Antequera demuestra tener mucha deportividad y sentido del humor, y confiesa que la inscripción «estaba ahí para que los malagueños se preguntaran lo que tú durante años o siglos». En todo caso, se alegra de que al fin se haya conocido su procedencia.
Recordemos que los versos latinos se corresponden con los versos en español siguientes:
En mar fuerte,
bonanza
En la estancia silenciosa,
los altos oleajes.
José Manuel nos explica que son los versos finales de su poema Mar rizada, de su segundo libro de poesía Los altos oleajes, publicado en Antequera en 1988, con diseño de Rafael León y prólogo de su paisano, el poeta José Antonio Muñoz Rojas.
El profesor antequerano confiesa que, aunque estuvo en Málaga en diciembre, no encontró la famosa losa con su poema, por eso propone en su próxima visita, ya en verano, hacer junto al mármol de sus versos una simbólica lectura de Mar rizada, con la presencia del arquitecto Pérez de la Fuente y la catedrática malagueña, los tres responsables de este bonita fusión entre presente y pasado, finalmente aclarada. Si un servidor pasa por allí,con mucho gusto lo contaremos en esta sección.