Pese a los miles de turistas que recibe, la conexión peatonal con el Palmeral de las Sorpresas sigue condicionada por los semáforos, sin rastro de la prometida pasarela peatonal.
Los ceutíes hace no mucho que han resuelto un grave problema de accesibilidad a su particular Palmeral de las Sorpresas y Muelle Uno, mucho más veterano que el nuestro. En concreto, una correosa avenida les separaba del Parque Marítimo Mediterráneo, el complejo de ocio diseñado por el gran César Manrique a mediados de los 90, con lagos artificiales, cascadas, restaurantes, un casino y por supuesto, muchas palmeras.
Hace un par de años que en Ceuta inauguraron, tras muchas críticas por las obras y el coste, una plataforma peatonal que salva el incómodo escollo de la avenida y que permite el cómodo acceso a eso que le gusta tanto decir a los políticos: Las zonas de esparcimiento. Ahora, los ceutíes y visitantes pueden esparcirse sin riesgo de atropellos y por lo que cuenta la prensa local, el grado de satisfacción ha sido grande.
En Málaga, por desgracia, no hemos tenido esa suerte. A comienzos de diciembre la Sociedad Civil Malagueña hizo un repaso en el CAC de las necesidades de la capital y la provincia y uno de los puntos fue la desgraciada comunicación con el Palmeral de las Sorpresas-Muelle Uno, el equipamiento que, a juicio del firmante, más ha ayudado al actual despegue turístico de la ciudad.
Pese a su innegable importancia, la accesibilidad es digna de los años 70, salvo la entrada por la Malagueta, y resulta inexplicable que el acceso principal al Palmeral de las Sorpresas esté precedido de una acera estrecha, jalonada por coches de caballos (animales que tienen sus necesidades fisiológicas) y luego un escuchimizado paso de cebra.
Puede decirse que los turistas y los malagueños visitan el Palmeral y el Muelle Uno a pesar de lo mal que nos lo han puesto nuestros responsables públicos para acceder a él.
Quizás recuerden ese proyecto esfumado de una alfombra mágica que iba a hacer posible, en claro homenaje a la ardilla de Estrabón, pasear desde la plaza de la Constitución al Puerto sin pisar las urgencias de Carlos Haya o el Clínico; un logro que sería posible gracias a esa mágica pasarela de conexión.
Pero han pasado los años, por el horizonte portuario amenaza un hotel casino digno del Benidorm de Belén Esteban y seguimos sin una triste solución, como no sea la de esperar a que cambie el semáforo.
Por este motivo, la Sociedad Civil Malagueña ha propuesto una pasarela por la parte central del Parque. Cualquier solución técnica dejaría atrás la antediluviana barrera de tráfico del Paseo de los Curas.
Deseo en El Limonar
La asociación de vecinos Limonar-Caleta felicita la Navidad con una tarjeta en la que pide que el año que viene puedan festejar las fiestas en un centro socio cultural para el barrio, un equipamiento que sigue sin llegar.