Llamemos ya a los jueces del Récord Guinness

25 Sep

La Junta puede estar batiendo marcas mundiales de incompetencia con el inconcluso parquecito del Cau en Mangas Verdes, cuyas obras comenzaron en 2002 y no acaban. Y este año, elecciones.

De cara a las próximas elecciones autonómicas no estaría mal que la Junta de Andalucía, gobernada por los socialistas desde hace 40 años -desde la preautonomía que presidió Plácido Fernández Viagas-, explicara a fondo qué le ha movido a defender en Málaga dos proyectos tan rompedores -en el sentido de que rompen la ciudad- como el rascacielos benidormiano que le quieren endosar al Puerto y el hotelón de diez plantas de Hoyo de Esparteros, proyecto que llegó a denegar dos veces hasta que a la tercera bajó la cerviz.

La de la Junta es una actitud que para muchos malagueños de cualquier partido resulta incomprensible, así que no estaría mal explicar por qué se comporta de una manera tan afín a lo que tanto critica: la gestión especulativa.

Lo que ya no tiene explicación racional, porque forma parte del negociado ultrasensorial, el cuarto milenio de Íker Jiménez y los misterios ignotos del doctor Jiménez del Oso, es el pequeño Parque del Cau que en Mangas Verdes la administración autonómica mantiene en barrena, sin concluir desde hace unos 16 años. En este sentido, llama la atención la clamorosa demora que la Junta demuestra tanto para terminar esta modesta zona verde como el Metro de Málaga, que hace tiempo que superó los fatídicos cien meses de retraso.

Si nuestros cargos públicos trabajaran en una empresa privada de ingeniería, probablemente habrían sido despedidos por ineptos. Pero pueden estar tranquilos, no caerá esa breva porque su denodado esfuerzo administrativo está sustentado por nuestros impuestos y no hay nada más tranquilo que gestionar dinero ajeno.

En cualquier caso, hay que dejar constancia de que, al menos en Mangas Verdes, se está fraguando un Récord Guinness de retraso en una obra pública. Proporcionalmente, muy pocas administraciones del planeta han tardado tanto para transformar tan pocos metros cuadrados, así que no estaría mal que la Junta presentara la candidatura a tan aciaga marca mundial.

La historia la conocerán muchos de ustedes. Se trató de una promesa electoral de 2001, del entonces candidato a presidente Manuel Chávez durante una visita al barrio.

Las obras se iniciaron en 2002 y a menos que se esté fraguando una muralla china subterránea y Málaga lo desconozca, estamos ante un clamoroso caso de incompetencia.

El escollo principal es que por el parque pasa un tramo de Acueducto de San Telmo y da la impresión de que será más fácil hollar Marte que conseguir el permiso que falta para terminar las obras.

A este respecto, la semana pasada el presidente vecinal, Antonio Martos confirmó que las obras no avanzaban a falta de un papel. Avisada está la futura candidata socialista: si visita Málaga en elecciones, mejor obviar Mangas Verdes por eso de la vergüenza torera.

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