El reciente apoyo municipal a la réplica de la barca fenicia de Astilleros Nereo debería ser el punto de partida a un cambio de actitud y, por ende, del plan de reforma de los Baños del Carmen, que contempla su fin.
El mito de David contra Goliat, qué le vamos a hacer, tiene todas las simpatías para el autor de estas líneas, que por eso mismo cuestiona iniciativas como las torres de Repsol en una zona verde encogida por sucesivos PGOU; el hotel casino del Puerto que destrozará nuestras vistas o el hotel de Moneo, metido con calzador en una estrecha parcela, en escandalosa deferencia administrativa a quien lo diseña.
Por eso mismo, y sin que el firmante tenga participaciones en el negocio, lleva desde que tenía flequillo apoyando a los Astilleros Nereo de Pedregalajo. Ya va para cuarenta años que este enclave lucha contra los embates de fallidas expropiaciones, a cargo de una administración incapaz de distinguir un astillero de un chiringuito o una zona para hamacas; combatiendo la estrechez mental de unos técnicos que no ven tres en un burro y mucho menos una barca de jabega.
Por eso, ha sido un soplo de aire fresco en las velas el reciente apoyo de todos los grupos políticos del Ayuntamiento, gracias a una moción de Ciudadanos, a la réplica de la barca fenicia que construye Nereo. Habrá que recordar que, como adelantó este periódico en 2013, esa misma réplica, la de un pecio de 2.700 años hallado en Mazarrón, Murcia, permitió comprobar a los astilleros que tiene las mismas medidas y proporciones que nuestra barca de jabega tradicional. O lo que es lo mismo, halló la prueba del algodón que convierte la adscripción fenicia de la barca de Málaga en una realidad matemática y no en una mera leyenda.
Por eso todos los grupos políticos, aunque sólo fuera para dejar de hacer el ridículo, deberían plegar velas cuanto antes y enmendar el plan de reforma de los Baños del Carmen, que todavía contempla que un absurdo paseo marítimo se lleve por delante los astilleros.
Carece de todo sentido el apoyo municipal a este proyecto de la barca de jábega si sigue sin modificarse el plan del Balneario. Mientras tanto, crece la conciencia de la importancia de este reducto de la carpintería de ribera tradicional en Andalucía, por eso su actividad (qué sinrazón que no fuera también el sitio físico) fue declarada BIC por la Junta y como muchos saben, también el Ministerio de Cultura, en tiempos de Mariano Rajoy, incluyó los astilleros entre los elementos a proteger del Plan Nacional del Patrimonio Industrial.
Si a eso sumamos la reciente recomendación de Incomos, el organismo internacional que asesora a la Unesco, de que nadie toque los astilleros, ya me dirán si nuestros político están esperando la venida del Armagedón para proteger, de una vez por todas y de forma efectiva, este equipamiento de cultura tradicional, que perfectamente puede ser rodeado por un paseo marítimo como el que tuvo delante en los 80, sin necesidad de llevárselo por delante ni trasladarlo.
Cuando vean a un concejal malagueño oteando los cielos, ya saben lo que aguarda: el Armagedón.
La campaña de Alfonso Vázquez en defensa de Nereo es legendaria y meritoria. Todos los malagueños con sensibilidad hacia nuestra historia y a nuestras señas de identidad debemos apoyarla.